Hace unos días saltaba la noticia de un plan de contingencia del gobierno de Suiza donde se indicaba que ante una situación crítica como un apagón, se pondría en marcha una serie de medidas entre las que estarían la prohibición del uso de coches eléctricos. Una propuesta que la industria del automóvil ha indicado es totalmente desafortunada.
Así lo ha manifestado la asociación de importadores y vendedores de coches de Suiza, que el lunes ha realizado una respuesta a la propuesta del gobierno de limitar el uso de eléctricos durante una crisis de energía.
Según los responsables de la asociación, la mera sugerencia de poner en marcha una prohibición podría provocar dudas entre los clientes e inclinar la decisión final hacia los coches con motor de combustión. Algo que curiosamente va en contra de las medidas puestas en marcha por los diferentes gobiernos.
Los empresarios han indicado que tanto concesionarios como fabricantes, están realizando un gran esfuerzo para promocionar los coches eléctricos y dar el salto a formas de movilidad más sostenibles, y que ha logrado que la cuota de ventas actual supere el 20%, con el objetivo de que sea más del 50% para 2025.
Un perjuicio para la movilidad eléctrica que según los responsables de las marcas supondrá que: “Los clientes que compren o pidan un vehículo ahora se lo pensarán dos veces antes de elegir un modelo eléctrico”.
Como recordamos, la norma indica que el uso privado de coches eléctricos solo estará permitido para viajes absolutamente necesarios (por ejemplo, ejercer una profesión, ir de compras, visitar a un médico, asistir a eventos religiosos, asistir a audiencias judiciales) en caso de alcanzar un elevado nivel de alerta por falta de energía eléctrica.
Un momento crítico donde la autonomía de los coches les permitirá seguir moviéndose, e incluso podrán recargar sus baterías usando sistemas solares, eólicos e incluso mini-hidráulica residencial, a lo que se puede sumar el uso de generadores para recargar como último recurso.
