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Presentan una económica batería de flujo sin membrana para las instalaciones de respaldo

Las baterías de flujo se han convertido en los últimos años en una interesante y económica alternativa a las de litio para aplicaciones donde la capacidad volumétrica no sea un problema ni una prioridad, como el respaldo de las energías renovables. Ahora, la empresa norteamericana Salgenx ha presentado un nuevo diseño que reduce la complejidad de su diseño, lo que abre las puertas de desarrollos más económicos.

Se trata de una batería de flujo de agua salada pensada para aplicaciones como el respaldo de la red eléctrica, pero también para otros usos como el dar soporte a torres de telecomunicaciones remotas, bombas de riego agrícola, sistemas de riego o iluminación de invernaderos.

Esta batería tiene características diferenciales como el contar con dos tanques llenos de electrolitos líquidos, uno de los cuales es agua salada y el otro un electrolito patentado, que circulan a través de unos electrodos que regulan la entrada y salida de electricidad de la batería.

Curiosamente, sus diseñadores han indicado que el depósito de agua salada se puede utilizar simultáneamente para el almacenamiento térmico, en combinación con una bomba de calor que utilice dióxido de carbono como refrigerante. Algo que le abre las puertas a más aplicaciones.

Pero su principal punto a favor es que esta batería de flujo no tiene membrana que separe los fluidos, a diferencia de la mayoría de las baterías de flujo redox, algo que según sus desarrolladores ahorra enormes costes iniciales de compra, mantenimiento y gastos de consumibles.

Según las estimaciones de Salgenx, los costes son muy bajos y por ejemplo para un modelo de 3 MWh, solamente en materiales los costes se sitúan en los 5 dólares el kWh, cifra que podemos comparar con los 40 dólares el kWh de las económicas litio-ferrofosfato (LFP) 257 dólares el kWh para la infraestructura del sistema, y todo con un coste total de unos 500.000 dólares, 166 dólares el kW.

Otro aspecto positivo de este tipo de baterías es su larga vida útil. En el caso de este modelo, sus diseñadores indican que podrá trabajar durante más de 25 años, con una eficiencia de carga y descarga del 91% a 10 mA/centímetro cuadrado.

Este modelo cuenta con una densidad volumétrica de 125,7 Wh/L, una densidad de potencia pico de 325mW por centímetro cuadrado, y tiene la posibilidad de ser fácilmente escalado añadiendo más electrodos y tanques de electrolito adicionales a la configuración, pudiendo se fábrica contar con opciones desde 250 kWh, hasta equipos de más capacidad de 3 MWh, 6 MWh, 12 MWh y 18 MWh.

Un producto que no es una batería milagro ni un proyecto de futuro, y cuya tecnología ya está a al venta.

Fuente | Salgenx

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