La marca china NIO acaba de recibir la confirmación de que recibirá una ayuda de la Unión Europea para poder acelerar el despliegue de sus estaciones de cambio de baterías. Una tecnología que permite recuperar la autonomía de un vehículo en apenas cinco minutos, que ha recibido el respaldo de la UE para convertirse en una nueva alternativa de movilidad.
De esa forma, NIO se beneficiará del proyecto Horizon Europe. Un programa de investigación e innovación puesto en marcha por la Unión Europea para el que se ha destinado una dotación de 9.700 millones de euros en un periodo 2021-2027.
Estos fondos tienen como objetivo ayudar a las empresas implicadas en la lucha contra el cambio climático, y de el se beneficiarán fabricantes de estaciones de carga rápida, y ahora también aquellas dedicadas al desarrollo de estaciones de cambio de baterías.
Como recordamos, estas estaciones ya se fabrican en Europa, concretamente en Hungría, y básicamente permiten a un usuario dejar su coche y que de forma automática la estación cambie su batería por una totalmente cargada en apenas 5 minutos, tiempo que bajará hasta los 2.5 minutos en las estaciones de nueva generación.
En total cada estación puede realizar hasta 408 intercambios por día, en una red que ya se está comenzando a desplegar por Europa, donde hay en marcha un total de 12 estaciones, que la marca china quiere que lleguen a 1.000 para 2025. Un despliegue que tendrá un importante coste económico, y que contará con ayudas de Europa.
Por ahora, el sistema de NIO solo es compatible con sus propios modelos. Pero el fabricante chino está trabajando de la mano de otro fabricante, no sabemos cuál es de momento, para intentar ofrecer una solución estandarizada que pueda usar toda la industria.
El potencial de las estaciones de cambio de batería de NIO
Una tecnología que puede ser una buena alternativa en algunos sectores, como por ejemplo los profesionales que necesiten la seguridad de poder realizar desplazamientos todo el año independientemente de las características del recorrido.
También puede ser una opción para convencer a los más escépticos a dar el salto al coche eléctrico, o a los que no tienen plaza de garaje y prefieran tener un plan B en caso de que la red de carga pública no cumpla con sus necesidades.
Eso si, una tecnología con algunos retos por delante por superar, como por ejemplo que para su uso el vehículo debe ser adquirido con la batería en alquiler, y luego el tener que abonar una cuota mensual por el uso de la infraestructura.
