Que los fabricantes de coches chinos están desembarcando en Europa es algo que ya todos sabemos. De momento lo están haciendo de una forma discreta y sin grandes artificios. Pero poco a poco están extendiendo sus tentáculos y lo hacen con el crecimiento de su red comercial, pero también comenzando a prepararse para dar el golpe definitivo con una producción dentro de nuestras fronteras. El último en confirmarlo es el gigante Great Wall, que busca emplazamiento para una fábrica.
Una de las noticias es que las marcas parecen estar descartando las instalaciones ya levantadas, y buscan solares para poner en marcha nuevas plantas. Algo que sin duda no es muy buena noticia para aquellas fábricas que hasta ahora han acogido la producción de coches con motor de combustión y que buscan nuevos dueños.
Es el caso de la planta de Nissan en Barcelona, que ha sido ligada en varias ocasiones a fabricante chinos, incluyendo la propia Great Wall. Pero esta parece que optará por levantar una nueva factoría en lugar de adaptar una ya existente.
Esto puede tener mucho que ver con el cambio de modelo de producción, que parece hacer más interesante levantar una nueva planta que adaptar otra ya existente. Una decisión que según las fuentes no está todavía tomada al 100%, por lo que podría haber algún cambio si llega una buena oferta.
Según la representante de Great Wall en Europa, actualmente están buscando emplazamiento para su fábrica, y entre los favoritos están tanto el este de Alemania, así como Hungría o la República Checa.
Los motivos para preferir esta localización está en factores más allá del coste de la mano de obra y el coste energético, y según el fabricante chino, también es muy importante el tener un mercado interno potente y a los suministradores cerca.
El objetivo es poder tener la fábrica en marcha en 2024, y comenzar la producción ese mismo año. Un reto que supondrá tomar la decisión del lugar a muy corto plazo.
Un grupo que ya tiene presencia comercial en Europa, pero de momento importando sus vehículos desde China, y que solo en Alemania ya dispone de 150 puntos de venta establecidos.
Eso si, de momento las ventas son muy modestas ya que ni la marca es conocida, ni sus precios son muy competitivos, y durante los cuatro primeros meses del año apenas han acumulado 256 unidades matriculadas en el mercado alemán.
Su único modelo a la venta es el ORA Funky Cat. Un compacto de 4,24 metros de largo que ha llegado para competir con los Volkswagen ID.3, Cupra Born, MG 4, Citroën e-C4.
Una propuesta de estética neo-retro dotada de una batería LFP de 48 kWh que le permite homologar una autonomía de 311 km WLTP, mientras que posteriormente completará con una segunda opción de 63 kWh que permitirá llegar a los 420 km WLTP.
Su precio arranca en los 38.990 euros. Un coste que le colocan muy por encima de los 29.490 euros del MG 4 con batería de 51 kWh, pero también muy por debajo del Volkswagen ID.3 Life, con 58 kWh y 426 km WLTP, que en el mercado alemán arranca en los 43.995 euros.
Un primer paso destinado a comenzar la exploración de terreno, que posteriormente se complementará con nuevas propuestas de un grupo que como recordamos cuenta con hasta cinco marcas de coches: GWM, especializada en camionetas; Haval, centrada en crossovers y SUV; WEY, la firma premium del conglomerado; TANK, una escisión de WEY que comercializa SUV y todoterrenos de gran tamaño; y ORA.
A estas se ha sumado recientemente «Saloon» que está centrada en las berlinas y cuya primera propuesta «Mecha Dragon» presentado en el Salón del Automóvil de Guangzhou, logrado una buena acogida por un diseño realmente atractivo y agresivo en una mezcla entre un Ford Mustang y un IONIQ 6, y que destaca también por un sistema de propulsión de 405 kW (551 CV) y un par de 750 Nm, alimentado por una batería de 115 kWh de capacidad le proporciona una autonomía aproximada de 800 km bajo el ciclo de homologación chino.
