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Ahora no Permitir

Hace seis años que ha dejado de fabricarlo, pero Tesla sigue ganando dinero con el Model S 60 de una forma algo polémica

El Tesla Model S 60 ha sido una de las opciones más populares en los inicios de la vida de la berlina americana. La opción más accesible hasta el final de su producción en 2017, que ahora vuelve a estar de actualidad por una práctica de Tesla que muchos usuarios están criticando.

Como recordamos, durante los primeros años de vida del Tesla Model S, la berlina ha estado disponible con varias capacidades de batería, desde una fugaz de 40 kWh, que apenas llegó al mercado, una de 60 kWh, otra de 75 kWh, luego llegó la de 90 kWh, para finalmente lanzar la única opción actual, con 100 kWh.

La cuestión es que de las primeras, la capacidad que se vendía no correspondía con la realidad, pero en el sentido contrario a lo que podríamos pensar. Y es que en un movimiento para ahorrar costes, Tesla lanzó al mercado la versión de 60 kWh, pero que realmente incluía un pack de 90 kWh.

De esa forma, el fabricante americano buscaba atraer a clientes con un presupuesto algo más bajo, para incentivar las ventas en una época donde la cosa no rodaba tan fluida como en la actualidad.

Model S de 90 kWh limitados a 60 kWh

Ahora, los foros de usuarios están comenzando a ver como algunos propietarios están protestando por una práctica que califican de poco elegante por parte de Tesla.

Y es que estos propietarios han comprado unidades de ocasión del Model S 60, para descubrir que realmente tienen una batería de 90 kWh. Algo que supone un peso extra y que tiene su componente de absurdo, ya que estas son unidades con acceso gratuito e ilimitado a los Supercargadores, por lo que habitualmente es la propia Tesla la que tiene que pagar el extra de consumo por el peso añadido.

El problema es que Tesla les está ofreciendo actualizar su pack y aumentar la capacidad útil. Eso si, a cambio de 4.500 dólares en una operación que el fabricante realiza de forma remota.

Por supuesto, se trata de un movimiento perfectamente legal, aunque poco elegante, que permite a Tesla incluso recoger unidades usadas con batería de 90 kWh cuando un cliente compra uno nuevo, reducir por software la capacidad, y pedir a los clientes el abono de esos 4.500 dólares para desbloquear de nuevo la capacidad real.

Algo que los clientes deberán tener en cuenta a la hora de comprar su coche, y decidir si están o no de acuerdo con esto, pero que posiblemente vaya a incentivar las soluciones de terceras empresas, que lo harán de forma más económica, y que abre las puertas a la búsqueda de como saltarse otras limitaciones en el futuro.

Fuente | Reddit

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