Probamos el BYD Atto 3, un SUV eléctrico chino que no tiene nada que envidiarle a los modelos europeos (Vídeo)
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Publicado: 01/07/2023 09:25
Durante años, el Gobierno chino ha apoyado de forma directa e indirecta la implantación del coche eléctrico en su mercado. Gracias a los programas de ayudas y a las fuertes inversiones estatales en sectores clave como el de las baterías, el país se ha convertido en el líder mundial indiscutible de esta industria emergente.
Los grupos estadounidenses, europeos y japoneses, con la clara excepción de Tesla, no han sabido adaptarse tan rápido como sus rivales chinos, probablemente debido a un exceso de confianza tras décadas de dominio internacional en el sector automotriz. Las consecuencias del auge de los fabricantes chinos no se han hecho esperar, pues Europa está siendo testigo del desembarco de una auténtica avalancha de marcas procedentes del gigante asiático.
Uno de los actores más destacados dentro de esta revolución es sin lugar a dudas BYD, que actualmente se constituye como el mayor fabricante de automóviles enchufables (eléctricos puros e híbridos enchufables) del planeta. También es el segundo mayor productor de eléctricos por detrás de Tesla y de baterías por detrás de CATL.
BYD es en realidad una vieja conocida en nuestra región, ya que hace una década intentó introducirse en nuestro mercado con el monovolumen eléctrico E6; además, cuenta con una fábrica de autobuses eléctricos en Hungría desde el año 2017. Ahora, la compañía vuelve a intentarlo con el lanzamiento de una gama formada por cinco turismos eléctricos.
Uno de los modelos en cuestión es el Atto 3, un SUV compacto que competirá en una de las categorías más importantes del mercado europeo por volumen de ventas: el segmento C. En FCE hemos tenido la oportunidad de ponernos a sus mandos durante una prueba a fondo de siete días. ¿Es este vehículo realmente competitivo frente a las propuestas occidentales? Acompañadnos a descubrirlo.
Una estética actual y acabados muy cuidados
El BYD Atto 3 es un todocamino de 4,45 metros de largo, 1,87 metros de ancho y 1,61 metros de alto, con una batalla de 2,72 metros. Su lenguaje de diseño, denominado Dragon Face, resulta sobrio a la par que moderno, lo que probablemente le ayude a conquistar a un mayor número de compradores, ya que su estética no polarizará al público.
Sus afilados grupos ópticos con tecnología full LED están unidos por una moldura en gris satinado que reemplaza visualmente a la calandra. La zaga, que recuerda hasta cierto punto a algunos BMW, está protagonizada por unos pilotos en forma de L unidos a lo ancho del portón.
Donde realmente sorprende el Atto 3 es en su habitáculo, tanto por aspecto como por acabados. El salpicadero en forma de onda, la pantalla táctil rotativa (se puede colocar en vertical u horizontal simplemente pulsando un botón en el volante o en el propio panel) y el llamativo esquema de colores azul/blanco resultan muy personales, diferenciándose de los aburridos interiores grises de muchos de sus rivales.
Además, está lleno de elementos de diseño que evidencian que se ha prestado atención al detalle: los aireadores formados por discos orientables, los tiradores de las puertas giratorios con los altavoces integrados y las cuerdas de guitarra de los huecos portaobjetos ayudan a crear una atmósfera fresca y desenfadada.
La calidad percibida es realmente buena, con unos ajustes sólidos y una selección de materiales muy cuidada (plásticos mullidos en la plancha superior y frontal del salpicadero, en los laterales de la consola central, en las puertas delanteras y traseras…). Los asientos con reposacabezas integrados son cómodos y recogen bien el cuerpo, mientras que la habitabilidad en la segunda fila resulta correcta gracias a la ausencia de túnel central y al diseño de la banqueta, que es relativamente plana.
Sin embargo, no todo es perfecto. El cuadro digital de 5 pulgadas es pequeño y escueto, las piezas interiores de color blanco tienen tendencia a ensuciarse con inusitada facilidad, y su maletero (que cuenta con apertura eléctrica) cubica unos simplemente correctos 440 litros. El sistema de infoentretenimiento tiene un funcionamiento intuitivo y una respuesta rápida y satisfactoria.
Más eficiente de lo esperado
El BYD Atto 3 equipa un motor de 204 CV (150 kW) y 310 Nm. Puede completar el 0-100 km/h en 7,3 segundos, alcanzando una velocidad punta de 160 km/h. La respuesta de su mecánica, como no podía ser de otra forma, es inmediata; además, el coche tiene una mejor motricidad que otros eléctricos de tracción delantera y potencia similar.
Su puesta a punto está orientada al confort de marcha, con una amortiguación de tarado blando que filtra de forma muy eficaz baches e irregularidades varias. A cambio, la carrocería muestra cierto balanceo en zonas de curvas, con un chasis que recuerda hasta cierto punto al de un Citroën moderno.
Su pack de baterías de 60,5 kWh de capacidad le proporciona una autonomía de 420 km WLTP. Las celdas Blade de BYD (que deben su nombre a sus formas finas y alargadas, como una cuchilla, lo que mejora el aprovechamiento del pack) son de tipo LFP (litio-ferrofosfato), una química que, si bien ofrece una menor densidad energética que la típica NCM (níquel, cobalto, manganeso), a cambio es más barata, disfruta de unos mejores índices de seguridad y tiene una amplia vida útil (BYD estima que ronda los 1,2 millones de kilómetros).
Durante el test, realizamos un viaje de larga distancia para evaluar el consumo del Atto 3 en autopista: Madrid-Barcelona ida y vuelta, en ambos casos con buen tiempo (22-30º C). Los resultados superaron nuestras expectativas: a pesar de que las carrocerías SUV no se caracterizan precisamente por su aerodinámica (el coeficiente anunciado por BYD es de 0,29), a 120 km/h constantes su consumo se situó en 19 kWh/100 km. Su autonomía real a dicha velocidad rebasó los 310 km, una cifra buena en relación al alcance homologado.
Por contra, se queda algo descolgado en el apartado de la carga: aunque llega a un pico de 11 kW en corriente alterna (0-100% en 6 horas y 30 minutos), se conforma con apenas 88 kW en corriente continua (30-80% en 29 minutos, 10-80% en 44 minutos y 0-100% en 80 minutos). La curva de carga, eso sí, es muy plana, manteniéndose cerca de los 70 kW al 80% de SoC.
Precio y equipamiento
La gama del BYD Atto 3 está compuesta por dos acabados, Comfort (41.400 euros) y Design (42.900 euros). Como puede verse, no resulta tan barato como otros modelos chinos (véase el MG ZS EV) o incluso como su hermano compacto, el BYD Dolphin, con el que comparte plataforma (e-Platform 3.0). Sus tarifas son similares a las del KIA e-Niro, el Peugeot e-2008 y el Renault Megane E-TECH.
La terminación Comfort incluye de serie techo solar, llantas de 18 pulgadas, faros LED, retrovisores plegables eléctricamente, retrovisor interior electrocrómico, tapicería de cuero vegano, asientos delanteros calefactados y con reglajes eléctricos, acceso y arranque manos libres, el sistema de carga bidireccional (V2L) y la bomba de calor.
El Design añade el portón eléctrico, la iluminación ambiental sincronizada con la música reproducida por el equipo de sonido, un sistema de purificación de aire y una pantalla táctil de 15,6 pulgadas en lugar de 12,8. Todos los asistentes a la conducción (incluidos el control de crucero adaptativo, el centrado de carril y el aviso de tráfico trasero cruzado) son comunes a ambas versiones.
Conclusiones
El BYD Atto 3 es la demostración de que los coches eléctricos chinos han llegado para quedarse. Se trata de una propuesta muy completa, con unos acabados del primer nivel, un confort de marcha fuera de toda duda, unos consumos muy contenidos y unas baterías de gran durabilidad.
Aunque se queda rezagado en aspectos como los tiempos de carga y no resulta más barato que sus principales competidores, se presenta como un vehículo muy equilibrado que probablemente no tarde en ir ganando adeptos entre el público… si no se ve eclipsado por el más asequible Dolphin, que es prácticamente idéntico desde un punto de vista técnico.