En las últimas horas, ha saltado un rumor en los diarios españoles de las negociaciones que estarían realizando Repsol y Endesa para una fusión o una compra. Un movimiento de grandes repercusiones en el plano energético, pero también en el sector del coche eléctrico ya que supondría, de confirmarse, la fusión de dos de las redes más grandes del país.
De momento, la información solamente indica la reunión del presidente de Repsol, Antonio Brufau, con Borja Prado, expresidente de Endesa hasta 2019, que se han sentado a analizar una potencial compra total o parcial de Endesa por parte de la energética española.
Esto supondría la fusión de las dos redes de recarga de coches eléctricos que junto con la de Iberdrola y la de EDP, suponen más de la mitad de la infraestructura pública de recarga en funcionamiento en nuestro país.
Endesa es precisamente la más extensa, y cuenta según las últimas estimaciones con más de 4.000 puntos públicos, entre lentos, acelerados y rápidos. De cara a los próximos dos años, Endesa mediante su división Endesa X Way, prevé llegar a 66.000 puntos con una inversión de 2.600 millones de euros.
Por su parte, desde Repsol en su última actualización se ha indicado que cuentan con una red de más de 400 estaciones de carga rápida, con el objetivo de continuar la expansión hasta lograr instalar un punto de carga cada 50 kilómetros.
El resultado sería, por un lado, una red todavía más amplia, que podrá ser activada con una misma aplicación o tarjeta. Algo que de por sí ya es una buena noticia.
La otra debería ser que el sistema de gestión pasaría a ser bajo la plataforma de Repsol, ya que la de Endesa se ha caracterizado por los constantes fallos en sus puntos, que están constantemente cayéndose, lo que supone un problema para la planificación de muchos recorridos.
Por otro lado, la red de Repsol se caracteriza por estar formada casi en su totalidad por puntos de apenas 50 kW. La cifra mínima para denominarlos «rápidos» y que en el caso de Endesa son más habituales las estaciones de 150 kW.
También importante que la compra supondría la recuperación de la gestión de una empresa española con un valor estratégico crítico, tanto desde el punto de la distribución energética, como también por la fundamental expansión de las redes de recarga para coches eléctricos.
