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El presidente de Volkswagen avisa de que «el tejado está en llamas» y se avecinan meses cruciales

La marcha del principal fabricante europeo está levantando muchas preocupaciones. Y es que el propio presidente de la marca Volkswagen, Thomas Schäfer, declaró en un encuentro con 2.000 directivos que «el tejado está en llamas«. Unas palabras con las que intentó hacer llamar la atención de los responsables del grupo y donde indicó que «está en juego nada menos que el futuro de la marca, y se avecinan semanas y meses muy difíciles”.

Las señales son bastante preocupantes ya de por sí, y por ejemplo estos días se ha confirmado que Volkswagen eliminará 270 puestos en su planta de Zwickau, a los que continuarán otros hasta llegar a más de 2.000 trabajadores menos.

La raíz del problema es la baja demanda de sus modelos eléctricos, que ha llevado también a parar la pequeña producción de la planta de Dresde, mientras que en la de Emden, los empleados que fabrican el ID.4 tuvieron que trabajar a jornada reducida durante el verano.

Pero todo esto es sólo un anticipo de una crisis que probablemente afectará a toda la empresa y que tiene su origen en la lenta aproximación realizada hacia el coche eléctrico, que ha coincidido con una fuerte expansión de su demanda en los principales mercados.

El presidente del grupo, Oliver Blume, indicó que «este periodo es simplemente de una transformación que requiere un gran esfuerzo y debe abordarse con decisión«. Un intento por tranquilizar el ambiente que rodea al fabricante alemán,

Pero una mirada a los tres mercados más importantes de Volkswagen pone sobre la mesa que la cosa no marcha en la buena dirección, sino todo lo contrario.

La situación en China

China es el mercado más importante de Volkswagen, donde se encuentran alrededor de un tercio de todas sus fábricas. Los planes para volver a su antiguo volumen prepandemia están obsoletos y la pérdida de cuota de mercado es incesante.

De momento Volkswagen logra sobrevivir gracias a sus coches con motor de combustión. Pero el mercado chino está girando rápidamente hacia los coches eléctricos, y ahí la empresa de Wolfsburgo apenas desempeña un papel residual en las matriculaciones.

La cuota de mercado apenas llega al 3%. Si la empresa quisiera convertirse en líder del segmento eléctrico, tendría que vender 100.000 o incluso 200.000 coches eléctricos al mes. En agosto sólo ha logrado vender 20.000 unidades.

Un ejemplo de los cambios que se están produciendo es que hasta ahora era Volkswagen quien enseñaba a los chinos como hacer coches. Ahora son los alemanes los que tienen que asociarse con marcas chinas para poder acceder a su conocimiento, y para lo que ha sellado un acuerdo con Xpeng para diseñar nuevos coches.

El problema es que los primeros resultados no se verán hasta 2026, y muchos se preguntan qué pasará si esta propuesta no tiene éxito.

Si la cosa no fuese ya suficientemente difícil, desde la UE han añadido más leña al fuego al acusar a China de inflar a sus marcas de coches eléctricos con ayudas públicas ilegales, y amenazan con poner en marcha aranceles. Algo que podría tener una dura respuesta china y provocar el colapso de las marcas extranjeras en su mercado, con una Volkswagen con un total de 33 fábricas en el gigante asiático.

No menos incendiarias para Volkswagen son las recientes declaraciones de la Ministra Federal de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, que calificó al jefe de estado chino, Xi Jinping, de dictador.

Según la dirección de Volkswagen, los beneficios del grupo ya no son suficientes para la supervivencia a largo plazo y, por tanto, deberían aumentarse mediante un programa de ahorro para todo el grupo .

Estados Unidos, la alternativa

A la vista de que China va a ser un hueso duro de roer, Volkswagen ha comenzado a invertir fuerte en ampliar su producción en Estados Unidos. 

Allí, el fabricante quiere aumentar su cuota de mercado del 2 al 5%, y luego al 10% en 2030. La empresa ya se había fijado este objetivo una vez, pero se dio cuenta de que no se podía lograrlo mediante la venta de coches con motor de combustión, mirando ahora a los coches eléctricos.

El problema es que este plan también está fallando. Por ejemplo, el ID.4, que ya se fabrica en Estados Unidos. Un SUV del que Volkswagen estimaba venderían 90.000 unidades este año. Pero las cifras de ventas indica que Volkswagen va a tener que repensar su estrategia si no quiere que se acumulen miles de unidades sin vender en sus almacenes. Y es que en el primer semestre solo se vendieron 16.500 ID.4 en Estados Unidos.

Un lastre que supone que mientras que el mercado de ventas de coches a nivel global ha crecido un 13%, la cuota de ventas de Volkswagen no solo no crece, sino que está disminuyendo. En lugar de caminar hacia el objetivo del 5%, en el primer semestre de este año apenas ha llegado al 1.5%, por debajo del 2.2% logrado el año anterior.

La cuestión es que el mercado americano también discurre hacia la dirección en la que la competencia se llevará el grueso de las ventas. Y es que no hay más que ver la dinámica de Tesla, que no para de acelerar su crecimiento en ventas y cuota, siendo ya casi el 60% de los coches eléctricos que se venden actualmente en ese mercado, y según Goldman Sachs, todavía con margen para bajar más los precios.

Europa, ¿la gran esperanza?

Podríamos pensar que Europa es la gran esperanza para Volkswagen. Pero las cosas tampoco marchan de forma muy esperanzadora.

El Grupo Volkswagen tiene aquí la ventaja de su posicionamiento, y es el claro líder del mercado con una cuota de mercado del 26%, incluyendo todas las tecnologías. Pero también en este caso el grupo está pasando por momentos difíciles con sus coches eléctricos.

Las ventas de eléctricos están en auge en Europa, aumentando un 60% en julio en comparación con el mismo mes del año pasado. La cuota de mercado de los coches eléctricos aumentó del 9,8% en julio del año anterior al 13,6%, llegando al 21% en agosto. Prácticamente a la par de los coches diésel.

Pero es Tesla quien se está llevando el gato a agua. La marca americana ha logrado matricular en el primer semestre 182.000 unidades del Model Y y Model 3, situándose ambos en primer y segundo puesto de ventas de eléctricos en Europa.

Por su parte, los Volkswagen ID.4 y el ID.3 (cuarto y quinto lugar de ventas), sólo lograron en conjunto 77.000 unidades vendidas. Algo que está provocando una ralentización de la producción en sus principales fábricas.

Queda ahora por ver qué dirección tomará el consejo de Volkswagen, si dar más tiempo a Oliver Blume y esperar a ver si se apaga el fuego en su tejado, o por lo contrario, ven que los bomberos ni han salido de la estación, y deciden tomar decisiones más drásticas.

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