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La Agencia Internacional de la Energía avisa de la absurda y peligrosa dependencia europea del diésel

A pesar de que las ventas de coches están cada vez más inclinándose por la gasolina, y también por el coche eléctrico y los híbridos enchufables, la realidad es que la sociedad europea se mueve en gran medida gracias al diésel. Un combustible casi exclusivo en sectores como el agrícola y el transporte, muy presente en los sistemas de calefacción, que vive en un constante peligro de falta de suministro por las tensiones en el sector petrolífero, y los propios problemas en las refinerías.

Y es que casi todo lo que comemos, y casi todo lo que compramos, depende de una u otra manera del diésel. Desde la maquinaria de las granjas, los barcos que traen el pescado, hasta los camiones que transportan todas nuestras compras. Todo se mueve con diésel. Algo extremadamente peligroso para la seguridad energética de Europa que sigue desgraciadamente en la casilla de salida en su transformación energética.

El último informe publicado por la Agencia Internacional de la Energía pone el foco en la tensión que se está viviendo ya en el mercado de diésel europeo, con unos inventarios por debajo de la media y a las puertas del invierno.

El informe hace referencia a problemas como la limitación de capacidad de las refinerías de todo el mundo, y el evidente riesgo de que se produzca una bajada de la disponibilidad de combustible procedente de las instalaciones de Oriente Medio. Algo que se suma a otros factores que tensionan el sector, y que según la AIE, restringirán más los suministros de cara al último trimestre de 2023 y principios de 2024.

Factores como la reducción de producción de petróleo de Arabia Saudita, que ha recortado de 11 a 9 millones de barriles por día, que se suma al embargo a Rusia, y que tienen su efecto en los precios en las gasolineras donde el precio del litro de diésel ha superado ya al de gasolina.

Según un artículo del New York Times, el mercado del diésel se encuentra en medio de una tormenta perfecta. Factores que por sí solos tendrían un impacto limitado en el mercado han coincidido en el tiempo, generando una situación que podría llegar a ser límite, principalmente para mercados fuertemente dependientes energéticamente como Europa.

fuente AP
El terrorífico precio de la dependencia del petróleo (fotos)

Una Europa que ahora debe cruzar los dedos y esperar a que la capacidad de refino del diésel se recupere, ya que de lo contrario los precios volverán a subir. Un fuerte impacto a una inflación que ha tenido según el Banco de España precisamente en la energía una de las causas de su fuerte subida este año.

Situación extremadamente peligrosa que como hemos dicho, no está siendo abordada con seriedad ni por los gobiernos ni por las empresas, que se mantienen atentos a como se acerca el meteorito que cualquier estornudo geopolítico, como una guerra en el estrecho de Ormuz provocado por el conflicto entre Israel-Estados Unidos e Irán, podría tener durísimas consecuencias para nuestra economía.

Un colapso de la producción del diésel que es algo que por desgracia no es cuestión de si sucederá o no, sino cuándo sucederá.

Vía

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