Estos días estamos viendo como se publica el enésimo intento de perjudicar la imagen del coche eléctrico, con una encuesta en la que se indica que el 57% de los norteamericanos o quieren comprarse un coche eléctrico, y que la mayoría se muestra en contra de la prohibición de ventas de coches gasolina. Sin duda, buenas noticias.
Y es que a pesar del intento de manipulación, la estadística indica que «solo» el 31% de los estadounidenses está pensado en un coche eléctrico como su siguiente compra.
Si tomamos como referencia las ventas de coches en el mercado estadounidense en 2022, 13.75 millones de unidades, supondría que unos 4.2 millones de personas tienen pensado que su próximo coche sea eléctrico. Una cifra que podemos comparar con las algo más de 1 millón de unidades que está previsto alcance el mercado de EE.UU. este año.
Esto quiere decir que aunque sólo ese 31% de clientes optase por un coche eléctrico, no habría capacidad suficiente para satisfacer sus demandas. No hay coches para tanta gente actualmente.
Unas malas noticias para los agoreros que se complementan con las cifras de matriculaciones del tercer trimestre, que en el mercado americano ha cerrado con un récord histórico de 313,086 unidades, lo que representa un «trágico» crecimiento del 49.8% interanual. Un mercado que está recuperando sus cifras de ventas de coches, y que entre todas las tecnologías ha logrado un incremento del 19% respecto al pasado año.
Un crecimiento de ventas de coches eléctricos que todavía está en fase ascendente, principalmente según se incorporan nuevas propuestas al mercado, y también por coincidir el final del trimestre con la llegada de otros, como los populares Chevrolet Blazer y Silverado eléctricos, que han comenzado sus entregas hace pocas semanas y todavía con bajos volúmenes.
Todo esto a las puertas de la entrada en el mercado de la Tesla Cybertruck, que está llamada a revolucionar más las cifras de ventas y crecimiento con sus estimadas 2 millones de reservas.
Los frenos a la expansión de las ventas
En la encuesta también se pregunta por las razones para no decantarse por un coche eléctrico. Entre ellas está la habitual preocupación por la falta de una red de recarga pública suficientemente robusta, y también está la cuestión de los precios.
El 73% está preocupado por la autonomía y el 77% argumentó la falta de estaciones de carga o la percepción de falta de estaciones de carga públicas. Por su parte, el 70% está preocupado por el coste de los coches.
Pero esta última no sólo está camino de dejar de serlo por la paridad de precios que han logrado gracias a las ayudas públicas, sino que a partir de 1 de enero de 2024, los interesados en comprarse un coche eléctrico en Estados Unidos, tendrán acceso a esa ayuda ya en el concesionario. Nada de esperar meses a la declaración de impuestos para recibir los 7.500 dólares.
Será instantáneo, algo que se espera ayude a disparar todavía más las cifras de ventas en un 2024 que sin duda será digno de ver en cuanto a ventas.
También importante el apartado demográfico del artículo que menciona la encuesta, y que enlaza a otra que indica que: «Al observar el desglose demográfico de quienes no comprarían un coche eléctrico, el 70% de los mayores de 65 años no lo haría, junto con el 60% de los encuestados que tenían un ingreso anual inferior a 50,000 dólares. En Además, el 76% de los que se identificaron como republicanos probablemente no comprarían un vehículo eléctrico».
Esto quiere decir que el crecimiento de las ventas estará conducido por las nuevas generaciones, lo que supondrá un cambio lento pero inexorable. Y también crítico el aspecto de las economías de medio y bajos ingresos, que también se irán incorporando a la movilidad eléctrica gracias al descenso imparable de los costes.
