El gigante alemán sigue los pasos de Continental y ya planea 1.500 despidos para adaptar su fuerza laborar a las necesidades del vehículo eléctrico. Al menos eso es lo que argumenta el mayor proveedor del mundo en la industria automotriz.
2024 no llegará con buenas noticias para 1.500 empleados de Bosch, gigante industrial alemán que ya planea rescindir el contrato a dicho número de trabajadores en dos fábricas situadas en Alemania.
Así lo ha desvelado Automobilwoche y lo ha confirmado posteriormente la propia empresa. Si bien Bosch opera actualmente en múltiples sectores, como por ejemplo el de las bicicletas eléctricas, es la transición al coche eléctrico la que ha propiciado este movimiento, según la empresa.
Por tanto, los 1.500 despidos se acometerán en el área de componentes de automoción, una industria que ha iniciado una intensa y compleja transición al coche eléctrico. Según Bosch, este movimiento laboral se justifica porque los vehículos de este tipo necesitan menos componentes que los de combustión.
Así las cosas, Bosch ha iniciado ya una estrategia de adaptación de sus procesos al suministro de piezas para vehículos eléctricos, mercado en crecimiento y que pasa por ser el futuro del sector.
Cambios estructurales en el sector automotriz
Las dos factorías más grandes de Bosch se encuentran en Alemania y serán las que sufran la reducción de su personal. La de Stuttgart-Feuerbach cuenta con 15.000 empleados, mientras que la de Schwieberdingen opera con alrededor de 6.300 trabajadores.
En concreto, los recortes se van a realizar en los departamentos de desarrollo, administración y ventas de la división de automoción. Actualmente, Bosch cuenta con cerca de 421.000 trabajadores en todo el mundo, dedicándose unos 85.000 a tareas de investigación y desarrollo.
«Al igual que otras empresas, tenemos que adaptar el nivel de empleo a la situación de los pedidos, a los cambios estructurales en el sector automotriz y a la penetración en el mercado de las tecnologías futuras», ha explicado un portavoz de Bosch.
Para mitigar el volumen de despidos, la empresa alemana espera trasladar personal a otros departamentos, así como negociar la reducción de jornada de 40 a 35 horas semanales. Además, están sobre la mesa las jubilaciones anticipadas o incluso las bajas voluntarias.
«Nos enfrentamos a retos mucho mayores de los esperados a principios de año. Incluso si queremos mantener nuestro nivel de empleo lo mejor posible con nuevos productos y una amplia variedad de medidas de formación, tendremos que adaptarnos a las situación en algunas áreas», ha ampliado Bosch.
Continental, otro de los actores principales del panorama automotriz mundial -y también empresa alemana-, anunció en noviembre que acometerá un plan para generar un ahorro por valor de 400 millones de euros anuales. Según diversos medios locales, esto se traducirá en aproximadamente 5.500 despidos.
Fuente | Cinco Días
