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El precio del litio colapsa un 77% en un año y abarata las baterías de los coches eléctricos

El precio del carbonato de litio para baterías que se comercializa en Shanghái, y que sirve como punto de referencia para el mercado, cayó ayer hasta los 133.500 yuanes por tonelada, un 77% menos que el máximo de hace un año y por debajo de donde había estado en 2017.

La dinámica de los últimos tres años ha sido una completa locura, y ha distorsionado totalmente el sector, pero también ha servido para que muchos inversores hayan puesto su mirada en el refino del litio, que no para de aumentar en su demanda.

En agosto de 2020, con la explosión de la demanda de coches eléctricos provocado por la crisis del Covid, que expuso como podrían ser las grandes ciudades sin motores de combustión, provocó un desmesurado crecimiento del precio de un litio que se disparó un 1.410% en pocos meses, pasando de apenas 39.500 yuanes por tonelada en agosto de 2020, a 600.000 yuanes en noviembre de ese mismo año.

Esto supuso que el precio de carbonato de litio se multiplicó por 15 en 27 meses. Un evento anómalo impulsado por la especulación que indicaba que no habría litio para todos, lo que expandió el pánico entre los fabricantes de baterías que se lanzaron a la carrera para hacerse con contratos de suministro.

Ahora la situación está volviendo a la normalidad en cuanto a precios, lo que provocará irremediablemente que el coste de producción de las baterías vuelva a bajar después de unos «locos años 20«.

Pero como decimos, las consecuencias de este terremoto serán perdurables, y han provocado un verdadero tsunami de inversiones para la búsqueda, extracción y procesamiento de litio en diferentes partes del mundo, muy lejos de los tradicionales centros de producción, Australia, China, Chile,  Bolivia o Argentina.

Mercados como Estados Unidos están realizando masivas inversiones para poner en marcha minas de litio, como por ejemplo en la zona de Nevada, donde la empresa Lithium Nevada invertirá 2.300 millones de dólares, y que tiene previsto comenzar la extracción en 2026 en la que los expertos indican será una de las minas de litio más grandes del mundo, y que además se situará a pocos kilómetros de la fábrica de baterías de Tesla, que puede ser su principal cliente.

El gigante del petróleo y el gas, Exxon Mobil, anunció a principios de noviembre que planea producir litio a partir de agua salada bombeada en Arkansas. Se espera que la producción comience en 2027 y producirá litio para más de un millón de coches eléctricos al año, todo con una inversión estimada de unos 2.000 millones de dólares.

Por poner en contexto las cifras, solo estas dos iniciativas superan el coste de levantar la Gigafábrica de baterías de Tesla en Nevada. Y son parte de un conjunto de nuevas inversiones mucho más grande.

Litio geotérmico renovable
Europa camina hacia la independencia en la producción de litio gracias a la geotermia

Otro polo de producción se sitúa en el Mar de Salton, California. Una zona apodada el Valle del Litio, debido a su actividad geotérmica rica en este metal. Tres empresas están trabajando ahora en proyectos que utilizan una nueva tecnología de extracción que aún no ha sido probada a escala. Dos de los tres, BHE Renewables y EnergySource Minerals, poseen y operan plantas de energía geotérmica en el área, lo que les permitirá acelerar la puesta en marcha de las instalaciones.

La conclusión es que los inversores han olido el dinero y los miles de millones están fluyendo hacia el sector de la extracción y refinado de litio, que como vemos estará presente en prácticamente todos los grandes mercados.

Algo que permitirá reducir la huella de emisiones de su producción, y también limitará los efectos perversos que suele tener la «maldición de los recursos» que han sumido en la pobreza a muchos países, todo para que las empresa pudiesen robar sus recursos de forma impune gracias a la corrupción.

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