Volkswagen lanza un segundo profit warning ante las malas perspectivas
Volkswagen ha reportado un importante descenso en cuanto a ventas de coches, lo que arrastra el beneficio que vuelve a recortarse en un escenario muy preocupante para el grupo alemán.
6 min. lectura
Publicado: 02/10/2024 11:46
El Grupo Volkswagen acaba de lanzar su segundo profit warning en tres meses. Un aviso de que las ventas e ingresos están cayendo de forma muy importante, y a lo que se suma la incertidumbre por el duro proceso que vivirán sus fábricas, principalmente en Alemania, donde los ajustes de plantilla amenazan con convertirse en una guerra entre el fabricante y los trabajadores.
El último informe, sellado el pasado 27 de septiembre, recoge como el declive de las matriculaciones se está acelerando, y este año Volkswagen espera matricular menos coches que en 2023. Su cuarta caída en cinco años.
Para los expertos, la clave de este descenso está en el fracaso del programa de coches eléctricos de Volkswagen, que no ha sabido adecuar su fuerte inversión con los gustos de los clientes, lo que ha resultado en una mengua constante de las cifras de producción y ventas.
También muy importante es la pérdida de relevancia en China. El mayor mercado mundial está realizando una rápida transformación energética, y los alemanes no han sido capaces de seguir el ritmo. Marcas como Audi o Porsche, grandes aportadores de beneficios por sus elevados márgenes, están cayendo con fuerza en el gigante asiático.
Las ventas de Porsche en China cayeron un 33% en el primer semestre debido a factores como el descenso del consumo en los nichos de lujo, pero también por la intensa competencia de los fabricantes locales, que se han lanzado a la conquista de todos los segmentos, desde pequeños urbanos a grandes berlinas o SUV premium.
Giro de timón en China
Hasta hace poco, Volkswagen había sido la gran dominadora del mercado chino de la mano de sus prestigiosos coches con motor de combustión. Pero no logró seguir el ritmo del rápido cambio hacia la electrificación, que se disparó después de la pandemia.
Rivales locales como BYD han tomado la delantera con modelos que tienen en su precio una de sus principales bazas, logrando multiplicar por tres las cifras de VW en ese mercado.
Para intentar cambiar la situación, Volkswagen está maniobrando a toda prisa, cerrando plantas en China, estableciendo alianzas con fabricantes locales, incluido Xpeng, y promocionando una nueva marca de vehículos eléctricos dirigida a compradores más jóvenes, Scout.
También ha lanzado agresivas promociones que rebajaban el precio de sus modelos a cifras muy interesantes. Campañas promocionales temporales que han animado las ventas mientras han estado activas, y las han vuelto a la realidad al retirarse.
El riesgo existencial de Volkswagen
Si China parece un mercado ya perdido, Europa empieza a dar los mismos síntomas. Según el propio fabricante alemán, las marcas, como la propia Volkswagen están teniendo un rendimiento por debajo de las expectativas, mientras que Skoda y Seat, se ven amenazadas por un «deterioro del entorno macroeconómico».
El 27 de septiembre, Volkswagen anunció que las entregas globales caerán hasta alrededor de 9 millones de unidades este año, desde los 9,24 millones de 2023. Cifras que anteriormente tenía previsto aumentar un 3%. Algo que tendrá su impacto en un margen operativo que caerá del estimado 7%, al 5.6%, con un flujo de caja neto que será menos de la mitad del nivel que la compañía había previsto en el mejor escenario.
Según los analistas de la consultora Jefferies: “El deterioro del rendimiento podría acelerar las decisiones de reestructuración, con la marca Volkswagen en particular, que continua arrastrando la conversión de efectivo a nuevos mínimos, creando potencialmente un riesgo existencial para el grupo”.
Opinión
La cuestión está clara. El mercado del coche eléctrico ha pasado una primera fase donde los clientes están dispuestos a pagar más por menos. Pero ese mercado se ha agotado, y los grupos europeos en lugar de moverse rápido y lanzar alternativas de coste más razonable, se han mantenido en su posición esperando que esta durase para siempre.
Pero el final de las ayudas en Alemania a gripado el motor de Europa, despertado de su sueño a la industria del viejo continente que se contentaba con vender unos pocos coches eléctricos para ir tirando con las laxas normas de emisiones, y decir que cumplían a nivel de imagen.
Ahora vemos como los planes de lanzar coches eléctricos por debajo de los 25.000 euros tendrán que esperar al menos hasta 2026 en el caso de Volkswagen. Un sinsentido para casi todo el mundo, menos para los directivos de la propia marca, que parecen vivir en una realidad paralela y que llevan al barco directo hacia el iceberg. Un barco que muy posiblemente tengamos que rescatar con dinero público llegado el momento.