Mitos sobre el coche eléctrico que frenan sus ventas
Desmontamos algunos de los mitos más extendidos sobre el coche eléctrico, como la duración de su batería, el impacto ambiental o los costes de compra.
Cualquier persona que comunica a su círculo de amigos, familiares o en el trabajo, que se va a comprar un coche eléctrico, recibe una serie de comentarios basados en la mayor parte de las ocasiones en falsos mitos y medias verdades que han calado entre gente poco informada. Vamos a hacer repaso de los más habituales y cuál es la respuesta a los mismos.
Los coches eléctricos son solo segundos coches en casa
Este es uno de los mitos más extendidos, y que tiene que ver con el recuerdo de una primera generación de coches eléctricos que tenían poca autonomía, poco más de 100 km reales de media, y además contaban con una red de recarga pública mínima, lo que provocaba que salirnos de nuestro círculo de autonomía habitual fuese una aventura. Una aventura por cierto, muchas veces divertida.
La realidad es que hoy en día un coche eléctrico de acceso tiene como mínimo 150 o 200 km de autonomía real en autovía, con modelos de precio incluso más bajo que los de la primera generación con 300 o 400 km reales. Algo que se suma a la expansión de las redes de carga rápida, que hace que viajar, aunque requiera cierta planificación, ya no sea una odisea. Y cada vez menos.
Como ejemplo el coche más vendido en el mundo el año pasado, el Tesla Model Y, que cuenta con una amplia autonomía, espacio para cinco ocupantes, un amplio maletero y un sistema de carga ultrarrápida. Ingredientes que hacen que pueda ser sin problemas el único coche de casa, y un buen compañero de viajes.
Necesitamos muchas horas para cargarlos
Es otro de los mitos que sirven para desinformar. A pesar de que un coche eléctrico puede necesitar muchas horas para cargarse, esto dependerá de la potencia. Por regla general los puntos lentos, como los que tenemos en casa o encontramos en el supermercado o centros comerciales, suelen ser de entre 3 y 22 kW.
Esto quiere decir que recargar del 0 al 100% un coche eléctrico con una batería de unos 60 kWh puede suponer unas 24 horas. Pero claro, ¿quién carga habitualmente del 0 al 100%? Además, es a la mínima potencia, ya que el mismo coche cargando a 7 kW bajará la cifra a menos de 7 horas, mientras que si usa una terminar rápida, cargando hasta el 80%, la parada puede reducirse a una hora a 50 kW, a 40 minutos a 100 kW, o a menos de 20 minutos si tenemos a mano una toma de 200 kW.
Los coches eléctricos son aburridos
Es otra de las ideas preconcebidas más habituales entre los que piensan que un coche eléctrico es aburrido. El no tener ruido, es para muchos usuarios un problema. Pero en cambio, la entrega de par lineal y la ausencia de saltos en el cambio de marchas, que no tienen, hace que el conductor pueda centrarse en eso, conducir y disfrutar de cada aceleración y cada curva, sin importar la marcha en la que circula.
Esto además, permite disfrutar de modelos con prestaciones de auténticos deportivos, pero sin comprometer la eficiencia. Coches con 400 o más CV con consumos más bajos que muchos urbanos eléctricos de dos o cuatro plazas y menos de 100 CV de potencia.
Los coches eléctricos contaminan más que los térmicos
Entramos en territorio polémico, ya que este es un argumento muy usado por los críticos con el coche eléctrico. Y es que no son pocos los que enarbolan la bandera de que fabricar la batería tiene mayor impacto ambiental que fabricar un coche.
La cuestión es que en el caso del coche de combustión, solo se miden las emisiones que salen de su motor, y no la verdadera medición, «del pozo a la rueda» que si se aplica en el caso del coche eléctrico y su batería.
Y precisamente, al comparar estos dos factores, es el coche eléctrico el que gana como solución más sostenible. Según la organización Transport & Environment, un coche eléctrico producido en Europa y utilizado en Francia, la diferencia sería del 81% y la huella de carbono del modelo eléctrico compensaría su mayor impacto en apenas 20.000 kilómetros.
Cierto que normalmente, la producción de un coche eléctrico emite más gases de efecto invernadero que la de un coche térmico, pero la huella de carbono se equilibra muy rápidamente.
Esto teniendo en cuenta solo los efectos de la producción y uso de los vehículos. Pero el impacto medioambiental no se limita a los gases de efecto invernadero, sino que también se aplica a factores como la contaminación del aire de los térmicos, así como el impacto de la industria petrolera, cuyas actividades tienen una huella significativa, extracción, transporte, transformación, distribución…En el caso de los coches eléctricos, la extracción de materias primas es la más controvertida, tanto por el impacto ambiental, pero también el social por las condiciones de muchos trabajadores, principalmente en Africa.
Pero estos materiales, una vez extraídos, pueden ser utilizados múltiples veces mediante la reutilización o el reciclado. Un reciclado que ya alcanza tasas de recuperación en motores y baterías de más del 90%. Algo imposible con un petróleo que termina quemándose.
La batería durará poco y habrá que cambiarla
Si nos diesen un euro cada vez que escuchamos que la batería de los coches eléctricos durarán cinco años y que habrá que cambiarla, con un coste de 10 o 20 mil euros…seriamos ricos.
La realidad es que la duración de la batería es mucho más amplia incluso de lo que muchos usuarios pensaban. Bien es cierto que algunos modelos de primera generación han sufrido degradación temprana, como la que ha sufrido el Nissan LEAF, o bien han fallado directamente, como le pasaba al Tesla Model S.
Pero el paso del tiempo ha permitido evolucionar estas baterías y que la tasa de fallos sea mínima. Así lo ha mostrado un estudio de la consultora Recurrent, que mostraba como en el 2011 la tasa de fallos en las baterías llegó a su peor cifra, un 7,5%. Pero a partir de ahí, los números han ido mejorando paulatinamente, y en los años siguientes fue entre el 1,6% al 4,4%, lo que nos indica que la mejora de la experiencia de los fabricantes de baterías ha permitido reducir de forma constante las tasa de averías.
Como podemos ver en el gráfico, a partir de 2016 hubo un cambio escalonado en las sustituciones de baterías por fallos. A partir de 2016, esto llegó al 0,5%, pero la mayoría de los casos oscilaban entre el 0,1% y el 0,3%.
Los coches eléctricos se incendian fácilmente
Sin duda ha sido una de las tendencias estos dos últimos años. Los incendios de los coches eléctricos. La alarma social llegó a tal punto de que algunas empresas pusieron limitaciones de acceso de los eléctricos ya sea a ferris, como a parking subterráneos.
En realidad, los incendios de coches eléctricos son noticia es más por la dificultad de controlarlos que por su frecuencia. Esto sigue siendo un problema real para los bomberos, que deben encontrar nuevas formas de apagar los incendios de baterías de coches eléctricos. Los fabricantes también intentan facilitar su tarea, como Renault, que ha desarrollado Fireman Access, un dispositivo que permite inundar la batería para limitar el consumo de agua y el tiempo empleado por los bomberos para controlar un incendio.
Según Colin Walker, jefe de transporte del grupo de expertos de la Unidad de Inteligencia sobre Energía y Clima del diario británico The Guardian: «Todos los datos muestran que los coches eléctricos tienen muchas menos probabilidades de incendiarse que sus homólogos de gasolina. Los muchísimos incendios que ocurren en vehículos de gasolina o diésel simplemente no se reportan«.
Así lo demuestran también las cifras de Noruega, el país con la mayor implantación de coches eléctricos del mundo. Según la Dirección de Seguridad Social y Preparación para Emergencias, hubo entre cuatro y cinco veces más incendios en coches gasolina y diésel que entre los eléctricos.
En 2022, la Agencia Sueca de Protección Civil publicó que hubo 3,8 incendios por cada 100.000 coches eléctricos o híbridos, en comparación con 68 incendios por cada 100.000 coches si se tienen en cuenta todos los tipos de combustible.
La red eléctrica colapsará por los millones de coches eléctricos
Si algo caracteriza al cuñado medio, es su visión de futuro capaz de predecir lo que sucederá, sin importar los datos y la realidad. Como la predicción de que cuando haya millones de coches eléctricos en la carretera, la red eléctrica no será capaz de soportar la carga de los mismos.
Pero los datos son demoledores, y por ejemplo, según la empresa energética Électricité de France (RTE) si los coches eléctricos representaran el 50% del parque automovilístico francés, alcanzarían entre el 6 y el 7% del consumo eléctrico del país. Sin embargo, la propia RTE indica que no se espera que este consumo tenga impacto ya que se estima que otros sectores reducirán su consumo por la mejora de la eficiencia energética y la expansión del autoconsumo solar, lo que supondrá que apenas habrá variaciones en los próximos 10 años.
El reto más allá de la producción podría ser la distribución del consumo en las horas pico. Y es que por regla general, la mayor parte de los usuarios cargan sus coches a las mismas horas, después de volver del trabajo. En este aspecto, la propia RTE dice que no habrá problema gracias a la gestión del consumo: “La capacidad de absorber una flota masiva de vehículos eléctricos parece demostrada gracias a soluciones de gestión sencillas (por ejemplo, control de tarifas en las horas punta y valle de forma similar al dispositivo que se utiliza hoy en día para el agua caliente sanitaria) se están implementando en parte del parque de vehículos eléctricos”. De hecho, la carga de un coche eléctrico se puede controlar para que se produzca durante los periodos de sobreproducción (carga inteligente), o incluso para que su batería devuelva energía a la red durante los picos de consumo (V2G).»
Los clientes no están contentos con sus coches eléctricos y vuelven a la combustión
¿Están satisfechos los clientes de coches eléctricos? Según los estudios, los índices de satisfacción de los conductores son muy elevados. Según una reciente encuesta de la consultora Ipsos, en mercados como Francia, el 93% de los clientes de coches eléctricos encuestados están satisfechos con ellos y dos tercios están incluso muy satisfechos.
Eso si, las diferencias entre modelos son muy grandes, y es que mientras que en los motores de combustión la larga trayectoria ha reducido diferencias entre las marcas, en los eléctricos estas pueden ser enormes.
Así lo ha mostrado una encuesta de la consultora alemana Uscale, que después de entrevistar a miles de propietarios ha llegado a la conclusión de que el 71% de los clientes de Tesla recomendarían la compra a un amigo o familiar, mientras que sólo el 3% de los clientes de coches eléctricos de Peugeot haría lo mismo.
Los coches eléctricos son mucho más caros
Aquí nos encontramos con el principal tema a tratar, ya que a pesar de ser cierto, los coches eléctricos son de media más caros, las diferencias dependen de varios factores, e incluso puede dar como resultado que el eléctrico sea más económico, de compra, que el de combustión equivalente. En China, los coches eléctricos ya cuestan menos que los térmicos y según Bloomberg, esto sucederá en Europa en 2027.
Pero como hemos dicho, esto depende de factores, como el segmento. Las diferencias son más grandes en los segmentos de acceso, mientras que son más bajos según vamos aumentando de precio de venta. Una diferencia que luego se difumina cuando hablamos de costes operativos, o coste total de propiedad, precio de venta más coste de combustibles, mantenimientos, donde los eléctricos ya logran imponerse a los de combustión también en Europa.
Y luego están las ayudas públicas, o las políticas fiscales favorables, que pueden inclinar la balanza antes, tal como se ha demostrado en el paradigmático caso de Noruega, que ahora está siguiendo Dinamarca, con bajos impuestos a los coches eléctricos, fuertes tasas a los de combustión. El resultado, más de un 50% de ventas de eléctricos a batería el pasado mes de agosto.