Después de imponer los vergonzosos aranceles a los coches eléctricos chinos por las ayudas públicas, Europa da 100.000 millones en ayudas a sus empresas

Europa quiere dar un paso adelante en la reducción de su dependencia energética externa, y lo hará con un gran plan de inversiones valorado en 100.000 millones de euros que choca con la decisión de poner aranceles a los coches eléctricos chinos, lo que frena uno de los objetivos del plan de Europa que es aumentar el número de eléctricos en nuestras carreteras.

Después de imponer los vergonzosos aranceles a los coches eléctricos chinos por las ayudas públicas, Europa da 100.000 millones en ayudas a sus empresas

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Publicado: 27/02/2025 10:44

El pasado año, Europa puso en marcha los aranceles a los coches eléctricos fabricados en China. Unas tasas que dispararon el coste de importación, en algunos casos por encima del 35%. Estas barreras comerciales se justificaron por las ingentes ayudas públicas de Pekín a sus fabricantes, que les permitían desarrollar una gama de coches eléctricos «demasiado competitiva», pero no afectaban a los coches híbridos y de combustión. Ahora, Europa acaba de presentar un plan de ayudas públicas al sector verde, valorado en 100.000 millones de euros.

La Comisión Europea anunció hoy un acuerdo que busca reducir los problemas energéticos de Europa, hacer que su sector industrial sea más competitivo frente al de China y fortalecer su resiliencia ante el desafío de Estados Unidos.

Estos 100.000 millones de euros servirán para financiar diversas iniciativas destinadas a mejorar la competitividad de la industria manufacturera, acelerar la implantación de las energías renovables y la movilidad eléctrica, impulsar medidas de eficiencia energética, fomentar el reciclaje y garantizar el acceso a materias primas, además de promover la educación para empleos en el sector verde en Europa.

Ursula von der Leyen, jefa de la Comisión Europea.

Se espera que este dinero, procedente de diversas fuentes, incluidos fondos existentes y aportaciones de los Estados miembros, genere inversiones adicionales del sector privado por varios cientos de miles de millones de euros en la próxima década.

Europa también planea implementar una serie de reformas para facilitar la ejecución de este plan, entre ellas reducir la burocracia, aprovechar su escala como mercado único para negociar mejor el acceso a materias primas y reforzar la coordinación entre los Estados miembros de la UE para promover empleos de calidad. Según estimaciones, el acuerdo permitirá la creación de 500.000 nuevos puestos de trabajo en Europa.

En términos económicos, la UE espera que el plan permita ahorrar 130.000 millones de euros anuales en costes energéticos hasta 2030, principalmente mediante el impulso del suministro interno de energía limpia.

Estas medidas llegan en un momento en el que Europa vuelve a enfrentarse a la amenaza de una crisis energética similar a la que surgió hace casi tres años con la invasión rusa de Ucrania, que disparó el precio del gas. Aquel escenario aceleró la inversión en energías renovables, pero ahora es necesario dar un paso adelante decisivo.

Sin embargo, resulta paradójico que Europa apueste por la sostenibilidad y la reducción de la dependencia energética mediante una inyección masiva de dinero público, mientras al mismo tiempo impone barreras comerciales a los coches eléctricos asequibles procedentes de China, argumentando que han recibido ayudas estatales desproporcionadas.

Estos aranceles mantienen artificialmente elevados los precios de los vehículos eléctricos, lo que ralentiza su adopción y, en consecuencia, pone en riesgo el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones y la propia independencia energética del continente.

Para completar esta contradicción, los coches de combustión e híbridos importados desde China siguen entrando libremente en Europa con la tasa básica del 10%. Una decisión difícil de justificar desde cualquier perspectiva.

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