Audi, Volkswagen, Porsche, Jaguar, Land Rover suspenden sus envíos de coches a Estados Unidos por los aranceles

Hace unos días nos hacíamos eco de la noticia de que KIA estaba preparándose para adaptarse a la nueva situación provocada por los aranceles de Estados Unidos. Entre los mercados afectados está Corea del Sur, donde el presidente de KIA confirmaba que tendrían que desviar producción del mercado norteamericano al Europeo, lo que aumentará el volumen, y la competencia. Ahora, la historia tomará una nueva dimensión con el anuncio de grandes marcas, como Audi, Volkswagen, Porsche o Jaguar-Land Rover, de suspender sus envíos de coches al mercado estadounidense por los aranceles.

Y es que el incremento del 25% en los aranceles de entrada a Estados Unidos hace que muchos modelos no sean rentables para su venta. Algo que ha llevado a que varias compañías automotrices decidieran suspender la entrega de automóviles nuevos a los concesionarios estadounidenses.

Hasta el momento, este listado está formado por Audi, Volkswagen, Porsche, Jaguar Land Rover y Lotus, a los que se ha sumado Mercedes-Benz, que hará lo mismo pero con los modelos de un arco de precio medio-bajo de su gama.

Parada de envíos a Estados Unidos desde el 1 de abril

En un correo a los concesionarios, Audi dijo que todos los vehículos enviados a Estados Unidos después del 2 de abril serán detenidos temporalmente y no serán entregados. Los vehículos que ingresaron al país el 2 de abril o antes serán procesados ​​y enviados a los concesionarios con una etiqueta que indica que no se cobrará arancel. Audi afirmó que «los concesionarios deberían centrarse ahora en reducir el inventario».

Anteriormente, Jaguar-Land Rover anunció que suspendería los envíos a Estados Unidos durante un mes en respuesta a los «nuevos términos comerciales» provocados por el arancel del 25% impuesto por el presidente estadounidense Trump. También se informó que Volkswagen suspendió los envíos a Estados Unidos, y los modelos que lleguen a los puertos estadounidenses antes del 2 de abril serán suspendidos hasta nuevo aviso.

El resultado es que una parte de esta producción, que está formada por coches eléctricos, verá como su demanda se frena de forma significativa por el cierre del mercado estadounidense, a lo que se suma la caída de demanda en China, donde algunas marcas colocaban sus propuestas más exclusivas.

Esto abre una nueva vía en una guerra de precios que parece inevitable, donde se atisba de fondo la entrada en vigor de las nuevas normas sobre emisiones, que, a pesar de la reducción por parte de la UE en los objetivos, esto no es más que una patada adelante de una norma que ha entrado en vigor, y que tendrán que cumplir antes o después, por lo que tendrán que vender coches eléctricos, acumular créditos de emisiones, y tratar de sortear como sea posible la crisis abierta con los aranceles de Estados Unidos.