Por qué el 2026 será un buen año para los coches eléctricos en Europa
A pesar de que este 2025 termine con la noticia de que Europa alargará la vida de los coches de combustión más allá del 2035, hay motivos para creer que los vehículos eléctricos seguirán al alza en 2026.
A cada año que pasa, la tecnología eléctrica se sigue imponiendo en el mercado automovilístico. Los últimos años han estado marcados de auténticos retos para la industria en Europa: la llegada de las marcas chinas, la imposición de aranceles proteccionistas para sus coches eléctricos, la flexibilización de las normativas de emisiones y la marcha atrás, relativa, en la prohibición de los motores de combustión a partir del 2035.
Sin embargo, y aunque el ritmo de penetración de los coches eléctricos sigue a un ritmo más lento de lo deseado, las cifras de ventas no han dejado de crecer. El ascenso parece imparable, como demuestran las últimas cifras de matriculación de ACEA, la asociación de fabricantes en Europa: entre enero y noviembre se vendieron en toda Europa un total de 2.276.161 coches eléctricos, frente a los 1.787.223 del mismo período del 2024.
Es decir, un 27,4% más, cuando el ritmo de crecimiento del mercado global en Europa apenas crece un 1,9%. Es la segunda tecnología que más crece, solo por detrás de los híbridos enchufables que, si bien su volumen de ventas es de la mitad (1.149.192 unidades), estos han crecido un 33,1%. Los vehículos enchufables tienen cada vez más peso en el mercado europeo: la cuota de mercado de los eléctricos puros es del 16,9%, frente al 13,4% del año anterior, mientras que los PHEV llegan ya al 9,3% (7,1% en 2024), adelantando a los diésel.
Las cifras por sí solas muestran la tendencia ascendente, que vienen a culminar un trabajo que se lleva realizando de forma progresiva en nuestro continente. Aunque haya quejas de que la infraestructura de recarga todavía no está preparada, que los coches siguen siendo caros o que las baterías todavía tienen margen de mejora, cada vez hay más conductores convencidos de que el paso al coche eléctrico es necesario.
Además, hay un mensaje predominante entre muchos de los potenciales compradores: las ayudas a la compra de estos vehículos no van a durar para siempre, como algunos mercados europeos empiezan a demostrar, por lo que el salto al eléctrico empieza a ser incluso acuciante para muchos. En España, tenemos ayudas para rato gracias al nuevo Plan Auto 2030+, que garantiza la continuidad de subvenciones a la compra, pero mejorando algunos de los defectos del ya casi extinto MOVES.
A cada año que pasa, además, el mercado de segunda mano se vuelve más atractivo, con más opciones de vehículos eléctricos, aunque esto todavía tiene un margen de crecimiento considerable. Y para que esto suceda, se necesitan nuevos modelos, los cuales llegarán a mansalva en 2026. Estos serán los coches eléctricos más importantes que llegarán el año que viene, con especial relevancia a la nueva hornada de urbanos asequibles prometidos por el Grupo Volkswagen, con el CUPRA Raval y el VW ID. Polo al caer.
Stellantis, de la mano también de su marca china Leapmotor, o Renault, asientan sus gamas eléctricas: el Twingo ha sido una de las novedades más importantes del 2025, mientras que Leapmotor ha consolidado sus planes para fabricar algunos de sus coches eléctricos aquí en España. BYD también debería empezar a fabricar sus coches eléctricos más asequibles aquí en Europa, concretamente en Hungría, lo que debería repercutir en un beneficio para el comprador en cuanto a costes.
Y mientras tanto, el mercado premium empezará a coger carrerilla, con BMW y Mercedes ganando presencia con sus últimos modelos (iX3 con la Neue Klasse, CLA y GLB…), mientras que desde China, además de la generalista, se espera la llegada de más modelos premium, con Denza, de BYD, como la gran esperada. Y Tesla, aún en caída libre, seguirá siendo claramente protagonista en 2026: más polémicas que las de este 2025 parece difícil que las tenga.
Los puntos de recarga en las carreteras siguen creciendo con el paso del tiempo, lo que beneficia el uso de estos vehículos en viajes largos, aunque todavía hay mucho trabajo por hacer para hacer realidad la recarga doméstica generalizada en los domicilios. Una realidad ya prácticamente asentada, con vehículos con autonomías cada vez mayores y capacidades de carga rápida superiores. Se siguen produciendo importantes avances que, sumándolos, deberían acelerar todavía más la transición hacia la electromovilidad el año que viene.
