
¿Necesitas más tiempo con un coche eléctrico que uno de combustión en un viaje de 400 km?
No son pocos los usuarios que todavía piensan que para hacer un viaje moderadamente largo con un coche eléctrico necesitarán dos o tres veces más tiempo que con uno de combustión. Pero la realidad es que la tecnología está avanzando, y las diferentes pruebas reales así lo demuestran.

Un periodista de la revista británica Autocar ha pasado varias semanas probando el Skoda Elroq para comprobar si este SUV compacto eléctrico está realmente preparado para los retos del día a día… y de los viajes largos. Y lo cierto es que la experiencia ha resultado bastante más positiva de lo que muchos esperarían.
Y es que si, el coche eléctrico necesita algo de planificación y viajar con más cuidado que con los de combustión, tanto por la autonomía como sobre todo por la infraestructura de carga. Y es que gasolineras hay en cada esquina y bien situadas. Puntos de carga rápidos hay cada vez más, pero muchos están muy mal situados. Aspectos que poco a poco van mejorando.
En trayectos urbanos, el Elroq dejó buenas sensaciones desde el primer momento: suave, silencioso y con un consumo muy ajustado. Algo dentro de lo esperado. Pero lo realmente interesante llegó con una ruta de más de 400 kilómetros desde Londres hasta Crewe, para asistir a una presentación. Un viaje exigente, por autovía principalmente, que permite analizar tanto la autonomía, como los tiempos carga y confort en condiciones reales. ¿Necesitará más tiempo para llegar al destino respecto a un modelo de combustión?

Uno de los aspectos que ha ayudado es que hablamos de la versión de más autonomía de la gama, la de 77 kWh, que le ofrece 573 km de autonomía WLTP, y que una vez cargada al 100% durante la noche mostraba una estimación muy cercana a la homologación, 552 kilómetros.
Durante los primeros kilómetros por las afueras de Londres, la estimación de autonomía se mantenía fiel al consumo real. Pero al aumentar la velocidad a unos 110 km/h en autopista, el alcance comenzó a caer con mayor rapidez.
En la primera parada, tras recorrer 177 kilómetros, el sistema mostraba que se había consumido energía como para haber hecho 225. El consumo medio había subido de 14,4 a 18,2 kWh/100 km, dejando claro la evidencia de que el consumo en ciudad y carretera no tiene que ver con el de autovía. Aun así, con los datos logrados, la autonomía en autopista rondaba unos respetables 449 kilómetros.
El periodista controlaba constantemente su “colchón de seguridad”, es decir, los kilómetros de margen previstos al llegar a destino. Empezó con 171, pero el uso del aire acondicionado y la velocidad constante hicieron que ese margen se redujera hasta 129 al llegar al aparcamiento del evento.

Una vez allí sacó provecho de la carga en destino gracias a una toma de 22 kW en las instalaciones (aunque el alterna el Elroq no pasa de 11 kW) que permitió recuperar buena parte de la carga de la batería mientras asistía a la presentación. Tras dos horas, la autonomía había vuelto a superar los 160 kilómetros.
Durante el viaje de regreso encontró una estación de carga rápida de E.ON, a donde llegó con solo un 15% de batería restante. Una sesión donde pasó hasta el 68% en apenas 20 minutos gracias a una potencia pico que llega a los 175 kW, y en una sesión donde la media a ha sido de 139 kW. Tiempo durante el cual se ha tomado un café rápido antes de seguir la marcha.
La conclusión es que la prueba ha demostrado que viajar con un coche eléctrico moderno no tiene por qué ser más lento ni más complicado que con uno de combustión. Aunque su autonomía real en autopista está algo por debajo de la cifra oficial, como es habitual, sigue siendo más que suficiente para trayectos largos con una sola parada.

Además, el periodista ha destacado que el Elroq ofreció un elevado nivel de confort: buen aislamiento acústico, rodadura suave y un sistema multimedia fácil de usar.
La conclusión es clara: este SUV eléctrico ha demostrado que la tecnología esta a la altura para afrontar viajes largos sin estrés, sin tener que adaptarse a ritmos lentos o parar constantemente a cargar. Con un mínimo esfuerzo (una parada) y algo de planificación es posible hacer viajes en tiempos similares a los de combustión. Y eso con un SUV, que no es precisamente la mejor elección su buscamos eficiencia.
Un modelo que en España tiene un precio en la variante usada en la prueba, 77 kWh y motor de 286 CV, de 43.530 euros. (antes de ayudas.)
¿Muy caro? Recordemos que su equivalente de combustión dentro de la familia Skoda sería el Kodiaq, que en una variante de equipamiento y motorización lo más cercana posible, Sportilne, 2,0 TDI 150 CV DSG, arranca en los 45.350 euros.


