Volkswagen entierra el motor de combustión en sus coches pequeños que solo serán eléctricos

Volkswagen confirma que no desarrollará más coches de combustión en los segmentos de acceso. A partir de 2026, modelos como el Volkswagen ID. Polo marcarán el nuevo rumbo eléctrico de la marca. Una decisión clave que redefine el futuro de los coches pequeños en Europa.

Volkswagen entierra el motor de combustión en sus coches pequeños que solo serán eléctricos

Publicado: 20/12/2025 10:07

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Volkswagen ha tomado una decisión cuando menos llamativa y es que después de luchar para estirar la vida de los motores de combustión, ahora han confirmado que dice adiós a los motores de gasolina y diésel en el segmento de los utilitarios. A partir de ahora, los pequeños de Volkswagen serán coches eléctricos o no serán. Así lo ha confirmado Thomas Schäfer, jefe de la marca, en una entrevista reciente en la que deja poco margen a la interpretación.

Volkswagen apuesta todo al eléctrico en sus coches pequeños

En Volkswagen no se andan con rodeos. No habrá nuevos modelos de combustión en la categoría del Polo ni por debajo. Schäfer lo justifica sin adornos: con la normativa europea de emisiones que viene, desarrollar nuevos motores térmicos en este segmento no tiene ningún sentido económico. El resultado sería un coche demasiado caro para lo que el cliente espera de un utilitario.

La hoja de ruta ya está definida. En 2026 llegarán el Volkswagen ID. Polo y el Volkswagen ID. Cross, y un año después, en 2027, se sumará el Volkswagen ID. Every1. Con estos lanzamientos, la marca ofrecerá por primera vez coches eléctricos en todos los segmentos clave, desde los urbanos hasta las gamas superiores.

Todos estos modelos se apoyarán en la nueva plataforma MEB+, una evolución del conocido MEB que Volkswagen lleva utilizando desde hace años. Esta arquitectura no solo mejora lo ya existente, sino que pretende resolver algunos de los grandes frenos del coche eléctrico: el precio, la eficiencia y la experiencia de uso.

Volkswagen ID. Cross
Volkswagen ID. Cross

La plataforma MEB+ promete mayor autonomía, con cifras que pueden llegar hasta los 700 kilómetros, además de potencias de carga más altas, entre 175 y 200 kW. A esto se suma una nueva generación de baterías con tecnología cell-to-pack y química LFP, más barata y duradera. El objetivo es claro: coches eléctricos con precios de partida por debajo de los 25.000 euros, algo imprescindible para que este tipo de vehículos tenga sentido en el mercado de los utilitarios.

Desde la marca aseguran que estos nuevos modelos serán alternativas reales a los coches de combustión, con una autonomía suficiente para el día a día y un comportamiento agradable al volante. Schäfer lo deja claro: volver a lanzar un Polo de gasolina en pleno endurecimiento de las normativas de emisiones sería pegarse un tiro en el pie. El sobrecoste acabaría repercutiendo directamente en el cliente.

Eso sí, este giro radical no afecta por igual a toda la gama. Volkswagen seguirá desarrollando motores de combustión y sistemas híbridos completos en los segmentos superiores, donde el margen económico es mayor y la transición será más progresiva. La marca reconoce que aún está en pleno proceso de transformación y que el cambio no puede ser inmediato en todas las categorías.

Volkswagen ID. Polo

En cuanto a otras tecnologías, Schäfer se muestra especialmente crítico con el hidrógeno. Para el mercado generalista lo considera una distracción sin futuro real, al menos a medio plazo. No hay suficiente hidrógeno verde, las pilas de combustible siguen siendo demasiado caras y, además, el sistema es poco eficiente comparado con el coche eléctrico a batería. Un mensaje contundente que deja claro dónde está poniendo Volkswagen su dinero.

Este compromiso con el coche eléctrico no se queda solo en los modelos. Volkswagen también está invirtiendo fuerte en la producción de baterías. Un ejemplo claro es la puesta en marcha de su propia fábrica de celdas en Salzgitter, gestionada por la filial PowerCO SE. El objetivo es ganar independencia tecnológica y financiera frente a los grandes proveedores asiáticos.

A partir de 2026, estas baterías se montarán en los coches de la llamada Electric Urban Car Family del grupo, que incluye a Volkswagen, Skoda y Cupra. No se busca una autosuficiencia total, al menos por ahora, pero sí cubrir aproximadamente el 50% de las necesidades internas del grupo.

Las primeras celdas fabricadas en Salzgitter irán destinadas precisamente a los nuevos utilitarios eléctricos. El Volkswagen ID. Polo y el Cupra Raval serán los encargados de estrenarlas. Ambos modelos se fabricarán en España a partir de 2026, un dato especialmente relevante para la industria nacional y para el papel que jugará nuestro país en la electrificación del grupo alemán.

Con esta estrategia, Volkswagen deja claro que el futuro de los coches pequeños pasa exclusivamente por el enchufe. Una decisión arriesgada, pero coherente con el contexto regulatorio y con la evolución del mercado. Ahora queda por ver si los precios prometidos y la tecnología estarán a la altura de lo que esperan los clientes.

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