
Volkswagen tiene chips para una semana, pero el futuro es incierto
Volkswagen asegura que su producción en Alemania seguirá estable la próxima semana, pese al bloqueo a los chips de Nexperia. El grupo, junto a marcas como Audi, Porsche o Skoda, busca suministradores a la desesperada ante posibles impactos en la producción a corto plazo.

Volkswagen ha confirmado que sus plantas alemanas funcionarán con normalidad durante la próxima semana, a pesar de la incertidumbre generada por la disputa comercial que afecta al fabricante de chips neerlandés Nexperia. La marca alemana intenta blindar su cadena de suministro ante un posible desabastecimiento, aunque reconoce que no puede descartar impactos a corto plazo.
Una fuente interna confirmó que la producción en la planta principal de Wolfsburgo seguirá el ritmo previsto hasta finales de octubre, pero admitió que la situación más allá de esa fecha sigue siendo incierta. El conflicto se originó tras la decisión de China de restringir las exportaciones de chips de Nexperia, después de un movimiento proteccionista por parte del gobierno holandés, lo que ha provocado nerviosismo en toda la industria del automóvil y ha reactivado el fantasma de la escasez de semiconductores que afectó duramente al sector en los últimos años.
La amenaza de un nuevo cuello de botella en la cadena de suministro

Volkswagen detalló en un comunicado que la producción en sus instalaciones alemanas está garantizada hasta el jueves 30 de octubre, justo antes del festivo regional que afectará a las plantas de Wolfsburgo y Zwickau. “En todos los demás centros de producción del Grupo Volkswagen también están aseguradas las operaciones para la próxima semana, según la información actual”, señaló un portavoz.
El Grupo Volkswagen, que engloba a marcas como Audi, Porsche, Skoda y Seat, no descarta alteraciones puntuales si la situación se prolonga. “No se pueden descartar impactos a corto plazo en la red de producción del grupo”, añadió el portavoz, subrayando que la compañía ya está explorando fuentes alternativas para minimizar riesgos.
Aunque Nexperia no suministra directamente a Volkswagen ni a otros fabricantes como BMW o Mercedes, sus chips —más sencillos y de uso común— son esenciales para multitud de componentes electrónicos empleados por los proveedores del sector. La restricción china afecta, por tanto, a toda la cadena de suministro de forma indirecta.

Desde el sindicato IG Metall se ha advertido de un posible empeoramiento de la situación si la falta de componentes se extiende. Horst Ott, responsable del distrito bávaro del sindicato, alertó en un encuentro del sector en Múnich de que algunos proveedores “ya están sufriendo serias dificultades” y han comenzado a aplicar planes de suspensión temporal de empleo.
Entre ellos se encuentra Bosch, que ha anunciado el inicio de un expediente temporal de empleo en su planta de Salzgitter. Según Mario Gutmann, representante sindical en el consejo de empresa, la medida responde a la incertidumbre por el suministro de semiconductores. Bosch, por su parte, no quiso hacer comentarios adicionales.
Mientras tanto, el resto de fabricantes sigue la situación con atención. Las plantas de coches eléctricos del grupo, como la de Zwickau donde se ensamblan el Volkswagen ID.3 y el ID.4, o las instalaciones de Audi y Skoda, dependen de un flujo constante de chips para mantener sus ritmos de producción. Una interrupción prolongada podría afectar especialmente a los modelos eléctricos, cuya electrónica es mucho más intensiva en este tipo de componentes.

El contexto no es menor: el sector automovilístico europeo sigue recuperándose de los problemas logísticos y de suministro derivados de la pandemia y de las tensiones geopolíticas. Ahora, con el conflicto en torno a Nexperia, se reaviva el debate sobre la necesidad de una mayor autonomía industrial en Europa para no depender de proveedores asiáticos en tecnologías críticas.
Mientras tanto, Volkswagen insiste en que su producción inmediata está garantizada y que trabaja para reforzar la resiliencia de su cadena de suministro. Pero la calma podría ser temporal. Si el bloqueo a los chips de Nexperia se mantiene durante varias semanas, las consecuencias podrían sentirse de nuevo en las líneas de montaje de toda Europa.


