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Los japoneses empiezan a dudar del futuro del hidrógeno en el transporte privado

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Uno de los grandes apoyos para la tecnología de las pilas de combustible de hidrógeno aplicado al transporte es Japón. La apuesta principalmente de Toyota y Honda, ha influenciado una política que ahora empieza a ser cuestionada.

Las razones son variadas. Según los medios japoneses, las nuevas normas ambientales de mercados como Europa, Estados Unidos y China, está provocando que los grandes fabricantes estén dejado de lado al hidrógeno. La razón es que la evolución del hidrógeno no está siendo significativo, lo que supone una aceleración de sus inversiones en la tecnología de los coches eléctricos a batería. Algo que está permitiendo bajar los precios, y mejorar las prestaciones.

A las normas sobre emisiones, se suman otros factores que preocupan a los japoneses, como que los nuevos programas de incentivos públicos en Europa y Estados Unidos, estén dejando de subvencionar a los híbridos. Otra de las fuentes de ingresos que hasta ahora ha sido controlado en su mayor parte por los fabricantes nipones. [blocktext align=»center»]jaguar-i-pace-frontalSegún el diseñador del Jaguar i-Pace: “Los coches de pila de combustible de hidrógeno son un sinsentido” [/blocktext]

El resultado es un escenario donde los coches eléctricos afrontan un crecimiento muy importante en sus ventas. Según la consultora japonesa Yano Research, fabricantes como Panasonic afrontan un crecimiento en su facturación que se doblará entre 2015 y 2018, llegando a los 3.200 millones de euros sólo en la fabricación de baterías para coches eléctricos.

Por su parte el mercado global de baterías para este tipo de vehículos se multiplicará por 5 entre los años 2015 y 2020. Una economía de escala que permitirá bajar los precios de producción, y el coste de las propias baterías. Una bajada que la Agencia de Tecnología y Ciencia de Japón, estima supondrá que a finales de la década el precio del kWh será un tercio del que contaba en 2014.

Los retos del hidrogeno

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Mientras que las baterías encaran una reducción de costes gracias a una producción que se dispara año tras año, el hidrógeno carece de esta dinámica. El coste de las pilas de combustible, así como el resto de componentes necesarios para un vehículo, y también los equipamientos que permiten producir el propio hidrógeno, permanecen en cifras muy elevadas y sin apenas muestras de una dinámica a la baja.

La culpa al igual que en su momento las baterías, es una baja economía de escala. Según la consultora IHS Automotive, en 2026 apenas se producirán 56.000 coches a hidrógeno cada año. Una cifra que podemos comparar con los 2.16 millones de coches eléctricos a batería al año que esperan se alcance para esa fecha.

A la vista de esto, no es de extrañar que incluso Toyota y Honda o Hyundai, hayan confirmado el abandono de su apuesta sólo por el hidrógeno, y optarán por diversificar añadiendo coches eléctricos a su gama. Un cambio significativo que supone un claro ejemplo de que la apuesta por el hidrógeno como única opción, ha sido desde el principio un error.

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Vía | JN

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