Bright Automotive cesará su producción

Estamos ante la primera víctima de los recortes del departamento de energía de la administración de Obama, que después de endurecer sus requisitos para la entrega de los préstamos a los fabricantes de coches eléctricos, ha visto como se tambaleaba Fisker, y ahora ha visto caer a una joven y prometedora empresa, Bright Automotive. Desde su base en Indiana, Bright ofrecía una pequeña gama de furgonetas totalmente eléctricas y con la eficiencia como bandera, pero la negativa de las autoridades federales a la entrega de los créditos apalabrados, ha provocado la quiebra de esta empresa, que cerrará esta misma semana, con el consiguiente despido de sus 60 empleados.

Según los responsables de Bright, el departamento de energía norteamericano se había comprometido a la entrega de 450 millones de dólares en préstamos para levantar una fábrica de furgonetas eléctricas e híbridas enchufables, una entrega que se ha ido dilatando en el tiempo y que finalmente ha terminado con las posibilidades de desarrollo de esta compañía.

Bright contaba con contratos con importantes empresas de reparto y servicios, unos contratos que quedarán en nada, de igual forma que los miles de trabajo que esperaban crear con la instalación de Indiana, una empresa nacida bajo el paraguas de la administración de Obama que había prometido destinar 25.000 millones de dólares para financiar el nacimiento de una industria de vehículos eléctricos, destinado a poner en el mercado 1 millón de estos modelos en la calle antes del 2015, una expectativa que según se acerca la fecha, vemos que ha sido demasiado optimista.

Ahora solamente nos queda ver quién será el siguiente en caer, entre los candidatos destacamos a Fisker, que cuenta con un fuerte apoyo privado, Coda, con capital asiático, y Tesla, que depende en gran medida de las ayudas del Departamento de energía para poner en marcha la planta de donde saldrán sus nuevos modelos, el Model S y el Model X.


Artículos relacionados:
Bright desvela su híbrido enchufable
Las ayudas en Estados Unidos se centran en las baterías, y certifican la parálisis del hidrógeno

Fuente:
Washingtonpost