El grupo chino Wanxiang ha confirmado que están trabajando para lograr retornar al Fisker Karma al mercado lo antes posible. Un regreso si todo marcha según lo previsto, tendrá lugar el próximo año.
Pero según los expertos, no será un camino fácil. Para empezar la nueva versión tendrá que ser exactamente igual que la anterior por una cuestión de homologación. Si Wanxiang realiza algún cambio importante, tendría que volver a realizar las costosas pruebas de seguridad y certificaciones varias. algo que ha provocado las preguntas de que si el Karma ha fallado una vez, que impedirá que le impedirá que se vuelva a estrellar.
Otro de los problemas son los suministradores. Si vas a hacer un coche exactamente igual, lo ideal es contactar con los antiguos suministradores de componentes. El problema es que con la quiebra de Fisker, muchos de estos empresarios se quedaron sin cobrar una buena cantidad de dinero, además de perder inversiones y espacio en sus instalaciones. Esto significa que Wanxiang no lo tendrá fácil para volver a convencerlos, y contactar con nuevos suministradores supondrá una importante pérdida de tiempo.
Esto significa que si a nivel económico la nueva Fisker puede tener solvencia por los fondos inyectados por Wanxiang, todo se reduce a una cuestión de tiempo. Unos plazos, principios del 2015, que todo hace indicar que no se cumplirá, y que tendremos que esperar unos cuantos meses más para volver a ver al Karma por las carreteras.
Los nuevos propietarios chinos también quieren retomar el proyecto Atlantic. Un modelo de bajo coste que supondría un importante salto adelante a nivel productivo y económico. El gran sueño de Henrik Fisker, que fue presentado en el Salón del Automóvil de Nueva York del 2012, y del que nada se ha vuelto a saber. Sin duda este sería un gran punto a su favor. Si Fisker logra lanzar un eléctrico con extensor de autonomía como el Atlantic, por un precio más o menos asequible, y antes de dos años, puede tener posibilidades en un mercado en crecimiento, pero todavía algo escaso en oferta.
Lo que está claro es que Wanxiang va en serio. Ha comprado Fisker, y antes había comprado la empresa de baterías A123. Dos aspectos que nos indican el nivel de ambición de una empresa que ha gastado mucho dinero para ser un miembro del club de fabricantes de coches eléctricos.
Vía | Reuters