Las ciudades acostumbran a calentarse más durante el día de lo que son capaces de refrigerarse a la noche. Esto repercute en temperaturas más altas, principalmente en los meses de verano. No hay más que comparar la temperatura entre el centro de una ciudad y sus afueras para comprobarlo. En esto tiene que ver mucho el albedo o la cantidad de radiación que es capaz de reflejar el suelo, que en el caso del asfalto, es muy bajo.
Los coches en circulación por las ciudades también contribuyen al aumento de la temperatura, debido a calor desprendido por el motor de combustión y por el rozamiento de los neumáticos. Este incremento de temperatura se traduce en mayor cantidad de energía consumida por utilizar el aire acondicionado, que origina un mayor gasto a los residentes.
Según un informe publicado en Nature, con la adopción de coches eléctricos de forma masiva en Pekín, China podría reducir la temperatura media de la ciudad en un grado. Esto se debe a que los coches eléctricos son mucho más eficientes que los de combustión, y solo generan el 20% del calor que genera un coche térmico.
1 grado de diferencia puede parecer muy poco, pero no lo es. Según el informe, gracias a ese descenso en la temperatura la ciudad de Pekín ahorraría 14,4 millones de kWh de electricidad y ahorraría unas misiones de 11.779 toneladas de CO2 a la atmósfera cada año.
Por otro lado, el calor también es un problema para los habitantes en los entornos con mucha densidad de población. Los residentes más pobres que no pueden pagar el aire acondicionado deben soportar estas temperaturas, algo que conduce al cuerpo a mayores tasas de enfermedad.
La reducción de la temperatura ambiente no sólo lleva a reducir las emisiones de CO2 y al ahorro de energía, sino que también ayuda a reducir los costes sanitarios de la ciudad. Otro beneficio del coche eléctrico del que no se habla demasiado, pero que también hay que tener en cuenta.
Fuente | Nature
