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Opinión. La lección que están aprendiendo los fabricantes con el éxito de ventas del Chevrolet Bolt

El pasado año el Chevrolet Bolt se ha convertido en el segundo modelo eléctrico más vendido del mercado norteamericano, sólo por detrás del Tesla Model S. Este ha logrado superar al resto de eléctricos, híbridos enchufables y también a eléctricos con extensor de autonomía como su hermano el Volt.

Y precisamente este dato debería servir de ejemplo para los fabricantes. La dinámica de ventas del Bolt y el Volt son de lo más significativa. El primero arrancó el año como suele suceder con los nuevos modelos, con una producción baja y con muchos problemas para escalarla. Pero poco a poco ha ido incrementando en una línea que no ha parado de crecer.

De las 1.162 unidades de enero, o las 952 de febrero, el Bolt ha cerrado el año con 2.987 unidades en noviembre y 3.227 unidades el diciembre. En total 23.297 unidades entregadas en su primer año a la venta.

Por su parte el Volt se muestra como un modelo estancado. Lleva un año más a la venta, contando sólo esta nueva generación, y sus cifras han arrancado con 1.611 y 1820 unidades en enero y febrero, pero ha terminado con 1.702 y 1.937 en noviembre y diciembre respectivamente. En total 20.349 unidades o un 17.7% menos que en 2016.

Esto nos indica que el modelo de los eléctricos con extensor de autonomía parece abocado a su final de forma abrupta con la llegada de los eléctricos de amplia autonomía. Podemos pensar que hay mucha gente que no quiere o no puede comprarse un eléctrico puro, pero esto no parece coincidir con los datos.

Si echamos un vistazo a los modelos más vendidos en Estados Unidos, vemos que los híbridos enchufables o extensores de autonomía incluso antes de la llegada de modelos como el Model 3 o el nuevo LEAF de 60 kWh, entre otros, ya están perdiendo peso de forma muy rápida.

Hay excepciones, como el Toyota Prius enchufable, que logra sacar partido al gran nombre que le acompaña, pero el resto están en pleno retroceso. Además del propio Volt, el BMW i3 ha visto reducirse sus ventas un 17% respecto al 2016, o el Ford Fusion Energi un 37.4%. Y todo en un mercado del coche eléctrico que en 2017 ha cerrado con su mayor cifra de ventas hasta el momento con un crecimiento del 26%.

En este marco hemos conocido noticias como que Ford dejará de fabricar la C-Max Energi a mediados de este mismo año, afrontando un proceso de liquidación de unidades en stock que ha empujado de forma artificial las ventas, o que el propio Volt ya tiene fecha de final de producción, que será en 2022.

La conclusión es que el consumidor pide con cada vez mayor intensidad modelos eléctricos de amplia autonomía. El poder contar con baterías de gran capacidad eliminará la necesidad de disponer del apoyo en forma de generador de gasolina. Algo que ya estamos viendo incluso antes de que la oferta de eléctricos haya comenzado a tener presencia. Una cuestión que las marcas ya saben, y que posiblemente tengan en cuenta para sus futuros lanzamientos en un escenario donde los modelos híbridos pueden jugar un papel de transición, pero que la tendencia indica irán perdiendo peso de forma paulatina.

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