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El final del sistema de car sharing de París deja en herencia una fuerte deuda, pero también más de 3.000 puntos de recarga públicos

Esta pasada semana el ayuntamiento de París decidía poner final al car sharing de coches eléctricos Autolib. Un proyecto pionero que llegó años antes de la explosión del formato, pero que terminó cayendo por los elevados costes operativos de mantenimiento de la flota. Algo que ha supuesto el cese de operaciones.

Pero mientras que por un lado vemos una mala noticia, ya que seguramente muchos desplazamientos se volverán a cubrir con coches convencionales, Autolib también ha dejado un aspecto positivo. Además de servir como primera experiencia para miles de usuarios que han podido ver y probar un coche eléctrico con el modelo de Bollore, el programa además deja tras de si una amplia red de recarga pública.

En total se liberarán 3.244 plazas de aparcamiento con punto de recarga en el centro y los alrededores de París. Unos espacios que desde el ayuntamiento se ha confirmado pasarán a estar disponibles para ser usados por los propietarios de coches eléctricos, tanto particulares, como también para los sistemas de car sharing que tomarán el relevo de Autolib.

Esto no sucederá de forma inmediata, ya que la retirada de los vehículos de Autolib se realizará de forma gradual, por lo que hasta 2019 posiblemente no estará disponible el grueso de unos puntos de recarga que además necesitarán una actualización. Y es que hablamos de estaciones de apenas 3 kW de potencia.

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Un final de relación que no será tranquila. Desde Bollore ya se ha indicado que irán a los tribunales para reclamar una indemnización por la rotura del contrato. Por su parte los usuarios abogan por una salida sin problemas, escalonada durante varios meses, lo que daría tiempo a los suscriptores para inscribirse en otros sistemas de transporte. Al mismo tiempo los empleados de Autolib serán recolocados en otras filiales del grupo Bollore.

La cuestión es que en estos momentos no hay muchas alternativas, ya que los programas de empresas como Renault y compañía, apenas suman 600 coches en las calles de París. Una cifra que podemos comparar con los 4.000 que forman en estos momentos el sistema de Bollore. Algo que amenaza con tensar más el tráfico en la capital francesa.

Unas unidades del pequeño eléctrico que seguro desembarcarán en los próximos meses en el mercado de ocasión, y que supondrá una alternativa de bajo coste para comprarse un coche eléctrico usado en Francia.

Vía | AP

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