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¿Cuáles son las diferencias entre el Mercedes-Benz EQC Electric Art y AMG-Line?

Ayer fue presentado el Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, el que será el primer modelo de la gama 100% eléctrica del fabricante alemán. Este coche ha dejado fríos a algunos internautas por lo conservador de su propuesta: con una batería de 80 kWh, apenas consigue una autonomía de 450 km bajo el desfasado ciclo de homologación NEDC (320 km bajo el realista ciclo americano EPA).

Sin embargo y a pesar de tener una autonomía limitada si lo comparamos con coches como el Jaguar I-Pace o el Audi e-tron Quattro, a nivel de prestaciones se le pueden poner pocas objeciones: gracias al uso de dos motores eléctricos asíncronos, consigue una potencia de 408 cv. Con un par de 765 Nm y tracción total, consigue hacer el 0 a 100 km/h en apenas 5,1 segundos.

No está claro si el EQC recibirá en el futuro una versión aún más prestacional firmada por AMG, pero para aquellos que quieran dotar al EQC de una estética más deportiva y diferenciada, podrán optar por el acabado AMG-Line, que se ofrecerá como alternativa al acabado Electric Art, que se corresponde con el EQC «estándar».

El frontal del EQC AMG-Line prescinde del cerco cromado de la falsa parrilla. Además, las lamas desaparecen y son sustituidas por dos bigoteras cromadas que convergen a la estrella de Mercedes, como suele ocurrir con el resto de modelos AMG. Los paragolpes son también específicos, de diseño más abombado, con detalles en negro y sendas entradas de aire laterales (probablemente falsas) más marcadas.

Las taloneras y el paragolpes trasero (que prescinde de los detalles cromados) también cambian. Además, frente a las llantas de 19 pulgadas que trae de serie el EQC Electric Art, el AMG-Line incorpora unas llantas de 20 pulgadas, existiendo la opción de montar unas de hasta 21 pulgadas.

Por dentro, podemos destacar la presencia de un volante deportivo AMG achatado, los pedales en acero inoxidable, tapizados en símil de cuero y microfibra, inserciones exclusivas…

El acabado AMG-Line en un principio no tendrá cambios en su motorización o en su software para conseguir una respuesta más deportiva. Tampoco contará con cambios en los esquemas de suspensión o en los frenos, quedando relegado a un simple tratamiento estético.

A pesar de todo, no deberíamos descartar la posibilidad de que en el futuro la marca añada nuevas baterías más capaces o motores más potentes que constituyan una versión superior dentro de la gama EQC. Sin embargo, hasta mediados de 2019 el coche no se pondrá a la venta, por lo que todavía tendremos que esperar varios años hasta la llegada de posibles nuevas variantes.

Fuente | Autogefühl

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