En las últimas horas se han publicado dos vídeos totalmente diferentes, pero que nos muestran de una forma gráfica como de rápida está siendo la evolución de los coches de Tesla en los últimos años. Desde el Roadster, un deportivo pensado para las altas prestaciones, hasta el Tesla Model 3, la tecnología de los norteamericanos ha dado un salto adelante enorme.
En el primer vídeo podemos ver una prueba de aceleración en la que se miden todos los modelos producidos hasta ahora por Tesla. Desde el clásico Roadster, hasta el nuevo Model 3 Performance, pasando por el espectacular Model S P100D y el Model X P100D.
La prueba de aceleración en si no tiene mucha ciencia, ya que además no se realiza en una condiciones demasiado buenas. Entre otras cosas sólo hacen una única pasada, y además el Model 3 sufre un pequeño percance que le hace romper la luna delantera, frenando antes de su llegada. Pero si nos sirve para ver como han cambiado las cosas en tan poco tiempo dentro de la oferta de los norteamericanos.
El Roadster como recordamos contaba con dos plazas, un motor de 300 CV, una autonomía de 393 km, y un precio de 125.000 dólares. Por su parte el último en llegar ha sido el Model 3 Performance, una berlina con cinco plazas y un amplio maletero, con más potencia, mejor aceleración, y que además tiene un coste que supone menos de la mitad que el deportivo, 62.000 dólares en Estados Unidos.
El resultado lo podemos ver en el vídeo, donde el viejo deportivo queda en última posición, muy por detrás de un implacable Model S P100D, que gana con contundencia, detrás el Model X, que se impone por poco a un Model 3 que termina unos cuantos metros por delante del propio Roadster.
En el segundo vídeo podemos ver una prueba de conducción, que tiene lugar en las pistas que utiliza Tesla para probar sus coches. Un trazado que se encuentra en Alaska, y que permite llevar al límite a los vehículos en cuanto a su capacidad de conducción sobre terreno nevado o helado.
En esta secuencia podemos observar el comportamiento tanto del Model X, del Model S, así como del Model 3. En ella se ponen a prueba aspectos como la subida de una colina helada, y también la maniobrabilidad de los coches sobre terreno helado, enfrentándose a situaciones inesperadas.
La conclusión del probador es que Tesla ha realizado un trabajo excelente con un Model 3 que supera en control incluso respecto al Model S. Una señal de que la evolución de sus capacidades avanza con cada nueva propuesta, lo que le permite recortar terreno con las marcas tradicionales con décadas de experiencia en este aspecto.
Una evolución que le permite en cada generación poner a la venta un coche cada vez más rápido, con mayor control en la carretera, pero también más eficiente, con más autonomía, y más económico.
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