El presidente del grupo Magna, Don Walker, ha concedido una interesante entrevista al portal Autonews donde desgrana el estado actual de la conducción autopilotada, y los plazos y retos a los que se enfrenta la conducción autónoma plena. Unas declaraciones que nos indican que la primera fase ya está aquí, y además con precios cada vez más accesibles.
Para el Sr Walker, en la actualidad ya se pueden fabricar sistemas de Nivel 2 y 3 con precios bastante asequibles. Una tecnología que permitirá aumentar de forma importante la comodidad y la seguridad de la conducción, y que ya está en plena fase de expansión entre los diferentes fabricantes.
Estos sistemas permiten tanto el mantener la velocidad y la distancia con los coches que nos preceden, incluso frenar si es necesario, hasta aquellos que también pueden ejercer control sobre el volante. Un sector que será el encargado de mover el mayor volumen de ventas, y donde se centrará la inversión.
Por su parte la conducción autónoma plena, Nivel 4 o 5, llegará en pocos años, pero lo hará en volúmenes muy pequeños. El directivo de Magna indica que no veremos números mínimamente significativos de coches dotados de esta tecnología hasta 2025 o 2030.
Entre los retos a superar está el coste de la tecnología. Como ejemplo los sensores LiDAR, cuyo precio ha bajado de forma constante en los últimos años, y que tienen un coste sustancialmente por debajo de los 1.000 dólares la unidad. El problema es que un coche posiblemente necesite hasta cuatro de estos sensores, a los que habrá que sumar el resto del sistema de cámaras, radares…etc. Algo que mantiene los costes muy por encima de lo que el mercado puede aceptar.
Para el jefe de Magna, la previsión es que en 2030 los modelos dotados de un sistema de Nivel 5 apenas lleguen al 7% de las nuevas ventas de este tipo de sistemas. Entre los Niveles 4 y 5 en su conjunto predice que podrían llegar al 30% para esa misma fecha. Algo que indica dónde estarán las ventas, y dónde se centrará de momento la inversión. En los Niveles 2 y 3.
Esto significa que la mayor parte de los sistemas que se vendan serán del segundo y tercer nivel. Una tecnología que desde Magna ven como un salto adelante enorme en cuanto a seguridad, y que además lo hará con un coste relativamente asequible para el consumidor. Un cliente que para Magna, quiere esta tecnología que se convertirá en un elemento fundamental en los futuros modelos.
Mientras tanto la conducción autónoma plena seguirá siendo un nicho de mercado que seguirá consumiendo inversión, pero que no ofrecerá retorno a corto o medio plazo. Algo que puede frenar los planes de algunas marcas que hasta ahora se mostraban muy optimistas con esta tecnología, pero cuyos costes puede hacer descarrilar más de un proyecto.
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Vía | Autonews
