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Según algunos expertos, comprar un coche gasolina o diésel es actualmente una mala inversión

Los coches térmicos están en crisis. Tras más de 100 años de reinado en el mundo del automóvil, parece que poco a poco los motores de combustión interna comienzan a perder terreno frente a las soluciones alternativas, pues el mercado avanza de forma inexorable hacia la electrificación del parquemóvil, primero parcial, y luego total.

Así, los coches eléctricos parecen ser el futuro de la industria del automóvil. Numerosos países, como Reino Unido, China, India o incluso España ya le han puesto fecha de caducidad a los modelos dotados de motores térmicos, si bien las marcas defienden que todavía faltan muchos años para que el coche eléctrico sea una opción viable a los modelos tradicionales.

Esto sin embargo no es lo que opina el experto Dan Neil de Wall Street Journal, el cual afirma en su última columna que la compra de un coche térmico a día de hoy es un error desde un punto de vista financiero, «equivalente a comprar un teléfono móvil plegable en lugar de un smartphone con pantalla táctil». De acuerdo con él, dentro de unos pocos años los coches eléctricos serán superiores a los térmicos en todos los aspectos, incluyendo el precio.

Así, si alguien compra ahora un coche diésel o gasolina, en un futuro cercano tendrá un vehículo completamente obsoleto, por lo que su valor caerá en picado, y será realmente difícil de revender, pues el público estará interesado en otro tipo de vehículos. «Esto es sobre todo un problema de bolsillo para mí. Un vehículo de gasolina sería demasiado caro».

«Durante la vida útil razonable de cualquier vehículo que sea comprado hoy, la demanda de vehículos térmicos se reducirá a prácticamente a cero, lo que equivale a la actual penetración en el mercado de los teléfonos plegables. Nadie los querrá». Uno de los puntos en los que el experto se apoya es en la caída del precio de las baterías de iones de litio, del 85% desde el año 2010. Además, el aumento en la inversión, la mayor producción y las economías de escala permitirán que la caída de precios siga produciéndose durante mucho tiempo, a lo que habría que sumar un coste operativo muy inferior.

De acuerdo con el jefe de análisis de almacenamiento energético de BNEF, Logan Goldie-Scot, el punto de inflexión tendrá lugar en algún momento de la primera mitad de la década de 2020, gracias entre otras cosas a la caída en el precio de la energía solar y eólica (a raíz por ejemplo de la presencia de baterías de respaldo). En resumidas cuentas, se recomienda a los posibles compradores mantener sus actuales vehículos un poco más de tiempo, y dar el salto a los coches eléctricos dentro de un par de años.

Fuente | ThinkProgress

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