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Todo lo que sabemos del nuevo Tesla Model S, que llegará en septiembre con más de 600 kilómetros de autonomía real

El próximo mes de septiembre, Tesla revelará los restylings de los Model S y Model X, sus actuales topes de gama. El Model S fue lanzado en 2012 y recibió un lavado de cara en 2016, mientras que el Model X lleva en el mercado sin apenas cambios desde 2015. Estas actualizaciones permitirán mantener competitivos a ambos modelos frente al asalto de rivales como el Porsche Taycan hasta la llegada de sus segundas generaciones, previstas para 2021/2022.

De los dos modelos, el que más expectación está levantando es el nuevo Model S, probablemente por ser más veterano que el Model X. Además, su mejor eficiencia le permitirá lograr prestaciones superiores a las de su hermano SUV. Estéticamente no se sabe cómo de profundos serán los cambios, si bien se espera que el diseño básico de la berlina ejecutiva se mantenga sin grandes alteraciones, introduciendo elementos de los Model 3 y Roadster en faros, pilotos y paragolpes.

Por dentro, el modelo sufrirá una evolución mayor, con un salpicadero de diseño horizontal inspirado en el del Model 3. Su calidad percibida será superior a la del Model S actual, y al contrario que su hermano pequeño mantendrá la instrumentación tras el volante, si bien la pantalla táctil central pasará a estar en formato horizontal y sin integrar en el salpicadero. Es posible que también veamos otros cambios como la adición de bolsas portaobjetos en las puertas.

Sin embargo, la mayor evolución la encontraremos a nivel mecánico. Para empezar, el nuevo Model S mantendrá las modificaciones de la reciente actualización «Raven», incluyendo un motor delantero más eficiente (el actual Model S Long Range alcanza con dicho propulsor una autonomía de 595 km EPA; es decir, en condiciones reales) y una nueva suspensión neumática adaptativa que aumenta el confort de marcha y mejora el comportamiento dinámico.

A esto tendremos que sumar unas nuevas baterías, las cuales se basarán en las soluciones vistas en el Model 3. Así, los nuevos packs emplearán celdas 2170 de Panasonic y tendrán un sistema de refrigeración más avanzado para permitir un mejor rendimiento. Estas baterías serán más ligeras y capaces que las actuales, y deberían permitir al Model S Long Range superar los 640 km de autonomía EPA. Algunos rumores incluso señalan autonomías de más de 700 km EPA si finalmente Tesla se decide a ofrecer más de los 100 kWh de capacidad máxima actual.

La carga también se verá mejorada gracias a la capacidad para llegar a los 250 kW de potencia (formato CCS Combo 2 en Europa), algo que permitirá recuperar autonomía mucho más rápido en los Supercargadores V3. Tampoco podemos olvidarnos de otras posibles mejoras menores, como la adición de faros más modernos (¿matriciales LED?), mejoras en el aislamiento, o cambios en la dirección y en el chasis para conseguir un comportamiento igual de bueno que en el Model 3. Algunas fuentes también indican que el eje trasero de la berlina podría pasar a alojar dos motores eléctricos, lo que permitirá una mayor aceleración y una eficiencia superior gracias a la frenada regenerativa mejorada.

Por supuesto, no podemos olvidarnos de la Capacidad de Conducción Autónoma Total o Autopilot 3.0, la cual posiblemente sea presentada a la vez que los nuevos Model S y Model X (su lanzamiento está previsto para finales de este mismo año). Gracias a este asistente avanzado, el nuevo Model S debería ser capaz de conducir por su cuenta (pero siempre bajo supervisión) por cualquier tipo de vía, incluyendo zonas urbanas con semáforos, intersecciones y pasos de cebra.

Imágenes | Emre Husmen

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