Volvo está viviendo un momento dulce en la actualidad. Integrada en el grupo Geely, propietario también de Polestar, Lotus y Lynk & Co, la firma sueca goza cada vez de mejor salud y de un prestigio creciente gracias al lanzamiento de una moderna y atractiva gama de vehículos que compiten contra lo más granado de la categoría premium, mirando de tú a tú a los Audi, BMW y Mercedes-Benz.
Uno de los mayores esfuerzos que está realizando Volvo es en pos de la electrificación total de su gama de automóviles. Así, el fabricante anunció recientemente que dejaría de desarrollar motores diésel para sus próximos vehículos, así como su firme apuesta por los mild-hybrids, los híbridos enchufables y los eléctricos puros para cimentar un futuro sostenible.
Gracias a las plataformas modulares CMA y SPA, Volvo podrá lanzar una amplia gama de vehículos eléctricos a corto plazo. Así, por el momento está confirmada la comercialización para el año que viene del Polestar 2, una berlina del segmento D 100% eléctrica; así como de la variante a baterías del Volvo XC40, el exitoso SUV compacto de la firma sueca. Tras ellos llegarán otros modelos como el Polestar 3 o el Volvo XC90 eléctrico.
Sin embargo, todo parece indicar que Volvo no se quiere quedar ahí, pues el mes pasado, Häkan Samuelsson (director ejecutivo de la marca) confirmó que se estaba estudiando ampliar la gama con dos nuevos SUV: uno por debajo del XC40, y otro por encima del XC90. El primero sería el Volvo XC20, un SUV del segmento B llamado a competir con los Audi Q2 y Mini Countryman y que haría uso de la plataforma modular CMA.
Este vehículo inauguraría la nueva línea 20 (segmento B) en Volvo, complementando a las líneas 40 (segmento C), 60 (segmento D) y 80 (segmento E). El XC20 heredaría todas las mecánicas del XC40, incluyendo su versión 100% eléctrica. Por lo tanto, el nuevo modelo se convertiría en el coche eléctrico más asequible de la gama Volvo.
Por otro lado, Volvo estaría evaluando la posibilidad de lanzar un XC100 por encima del XC90. Este vehículo, que utilizaría la plataforma SPA y se situaría en el segmento F, permitiría a Volvo competir contra modelos como el BMW X7 o el Mercedes-Benz GLS. Así, el SUV de gran tamaño se coronaría como el buque insignia de Volvo, incorporando la última tecnología del fabricante en materia de electrificación y seguridad. «No estamos excluyendo la idea de adiciones, especialmente en segmentos básicos como el de los SUV. Estamos estudiando eso ahora. No debe excluirse la posibilidad de un nuevo SUV más grande, pero tal vez también de uno más pequeño».
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