El lanzamiento del Taycan, el primer coche eléctrico de producción de Porsche, es inminente. En los próximos días se desvelarán tanto el diseño como las características técnicas definitivas de este modelo que tanto ha dado que hablar en los últimos tiempos. Las expectativas son realmente altas, y tras meses de adelantos, Porsche no quiere defraudar a su audiencia.
Por ello, y para ir abriendo boca, en los últimos días la firma alemana ha estado rompiendo diversos récords con su modelo. Una forma de promoción a la antigua usanza que también está empleando su matriz Volkswagen de la mano del caza-récords eléctrico ID. R. Así, en los últimos días hemos sabido que el Taycan se ha coronado como el coche eléctrico de cuatro puertas más rápido en el circuito de Nürburgring, y que ha sido capaz de completar un test de 24 horas de duración dando vueltas al circuito de Nardò a una velocidad media de unos 200 km/h.
Ahora, Porsche nos ha sorprendido con una nueva hazaña protagonizada por su primer modelo a baterías: la firma alemana ha trasladado su vehículo a California y lo ha embarcado en el portaaviones USS Hornet (el barco utilizado para rescatar a los astronautas de las misiones Apolo 11 y Apolo 12) para realizar un test de aceleración y deceleración sobre su cubierta.
Con la piloto de pruebas Shea Holbrook a sus mandos, el Taycan ha tenido que completar un 0-145-0 km/h antes de que la pista de aterrizaje del enorme buque se termine, algo que ha logrado hacer en un impresionante tiempo de apenas 10,17 segundos. Además, al vehículo le sobraron 30 metros de pista, lo que demuestra el formidable rendimiento de sus frenos carbocerámicos. El récord ha sido posible gracias a la eficacia del sistema de Launch Control que equipaba dicha unidad del Taycan, que probablemente se correspondía con la versión tope de gama Turbo S (la cual gozará de una potencia de más de 600 cv).
«La cubierta es muy larga, pero a pesar de las apariencias, en realidad está llena de baches. Pero el Taycan me dio mucha confianza: fue realmente estable en la aceleración y, lo que es más importante, en la frenada. Llegué a la prueba final aumentando lentamente la velocidad hasta que me sentí segura, y en cada una de las veces el coche se sentía completamente cómodo y predecible. Solo cuando volví a mirar las imágenes me di cuenta de lo que acababa de hacer», declaró tras la exitosa prueba Shea Holbrook.
Fuente | Porsche
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