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Las lecciones para frenar el coronavirus que el fabricante chino Geely ofrece a los fabricantes europeos

El impacto del coronavirus en Europa se está comenzando a forzar la paralización de la producción en la mayor parte de las fábricas de coches. Desde Ford, pasando por Volvo, Toyota, Renault...la lista es cada vez más larga por culpa de la falta de piezas, la caída de la demanda, y sobre todo por la urgente necesidad de mantener la seguridad de sus empleados. Un aspecto este último donde los fabricantes podrían tomar nota de los consejos que les ofrece el gigante chino Geely, que ha puesto en marcha un sistema muy efectivo para blindar la salud de sus trabajadores, al mismo tiempo que logra recuperar la producción completa en sus fábricas.

Geely ha publicado un artículo en su página donde detalla el procedimiento que realizan a la hora de controlar el acceso de los 6.000 empleados que trabajan en su sede central de Hangzhou.

Desde hace unas semanas,  todos los trabajadores que ingresan a las instalaciones deben someterse primero a pruebas de temperatura mediante un sistema térmico instalado en una tienda de campaña instalada para esta labor. Cualquier persona con fiebre es enviada a la zona de aislamiento, y al mismo tiempo se avisa a los equipos médicos.

Otro de los elementos que se han modificado han sido las máquinas de control de acceso a las instalaciones. Estas se han retirado del interior del edificio y se han colocado en el exterior. Algo que permite aliviar la congestión en las zonas interiores donde es más fácil la propagación del virus. Algo que desde el fabricante se indica ha permitido también agilizar la entrada y salida, evitando aglomeraciones en las horas de mayor flujo.

Para los que acceden al recinto en coche, entonces el control de temperatura se realiza dentro de su propio vehículo a las puertas del recinto. Unos vehículos que además deben circular sobre unas alfombras rociadas con líquido que elimina la posible presencia de contaminación en las ruedas del mismo. Para completar el proceso, un equipo de la empresa se dedica a limpiar los tiradores de las puertas de los coches a lo largo del día, para reducir las posibilidades de transmisión.

Dentro del edificio se han reforzado la presencia de lugares donde los empleados pueden lavarse las manos. Además se la limitado el uso de los ascensores, que han visto reducido el número máximo de personas que pueden usarlo de forma simultánea, y que además deberán ocupar uno de los espacios marcados para mantener una distancia mínima de seguridad. Unos ascensores que además han sido dotados de toallitas desinfectantes para que los usuarios pulsen el botón de su piso de forma segura.

Una vez en su puesto de trabajo, los empleados reciben una nueva mascarilla cada 8 horas, y se encomienda a los empleados a mantener tapada boca y nariz todo el tiempo. Una jornada laboral donde responsables de cada planta se encargan de medir dos veces al día la temperatura de los trabajadores para saber si alguno tiene fiebre.

Unos trabajos que además han visto como se eliminaban las reuniones con supongan la presencia de muchas personas, que se han sustituido por video y teleconferencias. Acciones a las que se suman otras como la obligación de mantener al menos un metro de distancia en lugares como la cafetería a la hora de realizar colas para la compra de comida o bebida.

Unas medidas extremas que se han aplicado en otras instalaciones del grupo Geely, y que afectan a más de 60.000 trabajadores. Un grupo que ha logrado recuperar la producción previa a la crisis en gran medida gracias a estas medidas que han permitido frenar la expansión del coronavirus entre sus empleados, y que sin duda son una excelente lección para los fabricantes occidentales.

Fuente | Geely

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