Desde la elección de las cercanías de Berlín como emplazamiento para la Gigafábrica de Tesla en Europa, los americanos se han enfrentado a una interminable lista de problemas que ponen en riesgo el futuro de la planta que debería comenzar sus trabajos en el segundo semestre de 2021. Algo que de nuevo está en peligro por los imprevistos aparecidos en los últimos días.
Después de superar la adquisición del terreno, con una peritación independiente que ha supuesto elevar ligeramente el precio final, y también luchar para limpiar el terreno talando la arboleda y los restos de la segunda guerra mundial, ahora la instalación de la que tendrán que salir los Tesla para Europa se enfrenta a nuevos retos.
Uno de ellos es el relacionado con el suelo. Un estudio de suelos revela la necesidad de modificar los cimientos inicialmente estipulados en los planos. Será necesario retirar más tierra e instalar cimientos más grandes por culpa de un terreno más arenoso de lo esperado, lo que inevitablemente causará nuevos retrasos en el cronograma de construcción. Unos trabajos que de momento cuentan con un permiso temporal, que tendrá que ser ratificado por las autoridades locales. Algo que nos indica que Tesla ha arriesgado a comenzar los trabajos sin contar con la licencia definitiva.
Pero eso no es todo. Otro de los retos a los que se enfrentan los norteamericanos es la cuestión del agua. En total se han presentado 360 alegaciones después de varios grupos de residentes en las cercanías de la fábrica expresasen su temor a que el consumo de agua de la Gigafábrica pueda poner en peligro el suministro de agua potable a toda la región. La autoridad local que asegura las cuencas también teme una posible escasez.
Elon Musk respondió a los temores de los residentes, y mediante su cuenta de Twitter indicó que el consumo de agua de la fábrica expresado en el permiso, es un valor teórico máximo y que las necesidades de la fábrica serán mucho más bajas.
Sin embargo, para evitar problemas mayores, el fabricante californiano se verá obligado a revisar el permiso y exponer en el mismo por escrito la cifra máxima real que esperan consumir. Para ello, Tesla planea revisar ciertos procesos de fabricación, lo que ayudará a reducir el consumo de agua. Algo que por otro lado supondrá tener que revisar los planes iniciales y presentar una nueva solicitud de licencia de obra.
Según Jörg Steinbach, Ministro de Economía de Brandeburgo, todos estos cambios importantes requerirán la organización de una nueva investigación pública durante la cual los ciudadanos y todas las partes interesadas podrán presentar sus objeciones. Steinbach cree que una nueva solicitud aumenta las posibilidades de que se otorgue un permiso, pero que solo podría emitirse en octubre, como muy pronto.
Por supuesto durante este tiempo Tesla podrá seguir con los trabajos para levantar la fábrica, pero con el riesgo latente de que llegado octubre un dictamen desfavorable podría echar por tierra el proyecto y la inversión realizada hasta el momento. Un fuerte riesgo que veremos si Elon Musk se atreve a realizar a la vista de la situación económica causada por la crisis del coronavirus.
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Vía | Rbb24
