Esta medianoche Opel ha presentado la segunda generación de su popular B-SUV Mokka, uno de los modelos más importantes de su gama. Este todocamino no solamente trae consigo un nuevo lenguaje de diseño que más adelante se extenderá al resto de la gama del fabricante alemán, sino que por primera vez cuenta con una versión 100% eléctrica denominada Mokka-e.
Derivado del DS 3 Crossback E-TENSE, el nuevo Opel Mokka-e se asienta sobre la plataforma e-CMP del grupo PSA. Estéticamente bebe del prototipo Opel GT X Experimental presentado en 2019, del que toma el «Opel Vizor», un módulo frontal que integra tanto los faros como la parrilla carenada, lo que le da un aspecto muy característico.
Más allá de las típicas protecciones plásticas que adornan sus pasos de rueda, ya vistas en la mayoría de SUV del mercado, el Mokka-e se desmarca mediante elementos como un capó pintado en color negro a juego con el techo. La línea lateral se distancia del DS 3 Crossback E-TENSE mediante un cromado que nace en el pilar A y llega hasta el portón, mientras que la trasera muestra un aspecto más continuista respecto a otros modelos de Opel. Las llantas por su parte pueden ser de hasta 18 pulgadas.
El modelo mide 4,15 metros de largo (es decir, 12,5 cm menos que el anterior Mokka, aunque su distancia entre ejes es 2 milímetros mayor), si bien mantiene una habitabilidad similar (5 plazas y un maletero de 350 litros). Las versiones térmicas son 120 kg más ligeras que su predecesor, ganando un 30% de rigidez torsional.
En el salpicadero destaca el tablero «Opel Pure Panel», formado por dos pantallas englobadas bajo un mismo marco: una de ellas tendrá hasta 12 pulgadas y ejercerá de instrumentación digital, mientras que la otra será táctil y variará de tamaño según el sistema de infoentretenimiento elegido: 7 pulgadas para los sistemas Multimedia Radio y Multimedia Navi, o 10 pulgadas para el Multimedia Navi Pro.
Por supuesto, no faltará la conectividad con Apple CarPlay, Android Auto y Opel Connect. A pesar de esta firme apuesta por la digitalización, Opel ha decidido con buen criterio mantener algunos mandos físicos, como los del sistema de climatización y los accesos directos del sistema de infoentretenimiento.
En el plano mecánico nos encontramos con la misma propuesta que en el resto de modelos eléctricos de PSA: un motor de origen Continental con 136 cv (100 kW) y 260 Nm de par, así como unas baterías de 50 kWh de capacidad con refrigeración líquida y celdas CATL. La autonomía del modelo bajo el ciclo de homologación europeo WLTP es de 322 km, mientras que su velocidad punta está limitada a 150 km/h.
En alterna el modelo podrá cargar a un máximo de 11 kW, mientras que en continua llegará a 100 kW, recuperando el 80% de su autonomía en apenas 30 minutos. En cuanto al equipamiento, destacarán los faros matriciales IntelliLux LED, el control de crucero adaptativo, el sistema de mantenimiento de carril, el reconocimiento de señales de tráfico, el cargador inalámbrico para smartphones, la cámara trasera de 180 grados, los asientos ergonómicos de seis posiciones, la tapicería en Alcántara o en cuero, el asiento del conductor con calefacción y masaje…
Aunque por el momento solo se ha presentado la versión eléctrica, más adelante también llegarán variantes gasolina y diésel. Las reservas se abrirán a lo largo de este verano, mientras que las primeras entregas se producirán a principios de 2021. Los diferentes acabados y los precios definitivos se darán a conocer más adelante.
