Aunque más tarde lo que deberían, los fabricantes de coches están dándose cuenta del error de dejar la cuestión del desarrollo y fabricación de baterías solo en manos de terceras compañías. Algo que les hace perder el control en aspectos como la capacidad y el precio. Un aspecto clave que poco a poco se está solucionando con la puesta en marcha de asociaciones como la firmada por Honda y la china CATL.
Este acuerdo supone no sólo un contrato de suministro convencional, sino que Honda entrará en el accionariado de CATL con una participación minoritaria, apenas el 1%, pero que supone un paso muy significativo desde el punto de vista simbólico que sirve como ejemplo de la nueva dirección que están tomando las marcas.
Además el intercambio económico, Honda y CATL formarán una empresa conjunta que tendrá como objetivo unificar fuerzas y conocimientos para el desarrollo de nuevas baterías, y mejorar las actuales. Todo con el objetivo de lograr ser competitivos en un mercado cada vez más concurrido.
Honda y CATL han confirmado que desarrollarían tecnologías de baterías, y también trabajarán en el desarrollo del reciclaje de baterías. Un elemento habitualmente poco tratado por los fabricantes centrados en aumentar capacidad y recaudar fondos para su rápida expansión.
Este acuerdo llega en un momento en que los fabricantes de coches y los de baterías están uniendo fuerzas en la búsqueda de un futuro eléctrico. Como ejemplo la propia CATL, que está desarrollando o suministrando baterías a marcas como BMW, Toyota, Volkswagen, Tesla, y ahora también añadirá a Honda a su cada vez más extenso catálogo de clientes.
Una Honda que como recordamos está en pleno lanzamiento de su primer coche eléctrico, en «e» al que acompañará en 2022 una segunda propuesta que también llegará a Europa y que debería alimentarse de las baterías que fabricará CATL en su planta de Alemania, en proceso de construcción y que estará lista para el próximo año justo a tiempo para atender los pedidos de sus socios.
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Vía | Reuters
