Desde Alemania llaman a las «barricadas» contra el coche eléctrico y acusan a la UE de «discriminar injustificadamente» al coche de gasolina
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Publicado: 24/12/2020 07:00
Las declaraciones de Aki Toyoda, presidente de Toyota y de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Japón, que publicó ForoCochesEléctricos recientemente, parecen haber calado en la industria europea del automóvil tradicional que se suma a las críticas en contra del coche eléctrico.
De «el coche eléctrico está sobrevalorado» de Toyoda, esta semana el titular llega directamente desde Alemania donde Franz Fehrenbach, presidente del consejo de supervisión de Bosch, critica duramente las políticas que privilegian al coche eléctrico durante una entrevista publicada por el Stuttgarter Nachrichten.
Fehrenbach es la persona que dirige una de las mayores empresas a nivel mundial dedicada a la producción de componentes de automóviles. El grupo Bosch es internacionalmente reconocido como un referente dentro de la industria.
Desde su posición, el ingeniero alemán de 71 años, ataca los legisladores de la Unión Europea a los que recrimina tener «una preferencia no justificada adecuadamente» por la movilidad cero emisiones que se está desarrollando «a costa del motor de combustión interna y del clima».
Discriminando al ICE y hasta al clima
El manager alemán se justifica diciendo que no está en contra de los vehículos eléctricos (BEV), al tiempo que llama a los constructores literalmente a montar «barricadas« para defender la posición de la industria tradicional, ante la transición que se está produciendo en el sector hacia la movilidad eléctrica libre de emisiones de CO2 durante su uso.
La guerra de trincheras por las que clama el directivo de Bosch enlaza con la crítica del presidente de Toyota que anunciaba que «el sistema colapsará» ante la demanda energética del coche eléctrico, como consecuencia del mix energético.
A este respecto hace años que Red Eléctrica Española aclaró la situación y desdramatizó este tipo de alegaciones, aportando datos concretos del incremento que supondría el coche eléctrico a la red española.
La excusa de las emisiones
Franz Fehrenbach al igual que Aki Toyoda, usan información probablemente basada en informes financiados por la propia industria del automóvil como publicó este medio, que han sido ampliamente desmentidos y puestos en entredicho por expertos, informas y hasta el fundador de Bloomberg New Energy Finance (BNEF).
Parece que a las puertas de 2021, el viejo mantra que recalca que «el eléctrico no es neutral climáticamente« según asegura Fehrenbach, sigue plenamente vigente en una industria que cero emisiones no ha sido nunca, ni antes ni ahora, como cualquier proceso productivo.
Para el dirigente de Bosch, el coche eléctrico «todavía es tratado como vehículos cero emisiones de CO2 porque el legislador esconde el balance energético necesario para generar la corriente».
Esta práctica dialéctica trata de esconder el mensaje de la evolución de la producción energética que están experimentando la mayoría de las economías más desarrolladas, que aceleran el paso para llegar a la sostenibilidad aumentando la producción de energías renovables.
Si bien es cierto que que no todas las fuentes de energía que se usan para recargar el coche eléctrico son renovables, ha quedado sobradamente demostrado en múltiples estudios publicados que, a pesar de que la fuente energética no esté exenta de emisiones, un coche eléctrico en su uso diario contamina mucho menos que uno equivalente de combustión interna.
El mercado no quiere eléctricos
La entrevista con Fehrenbach parece un déjà vu que pone sobre la mesa la demagogia de los primeros críticos del automóvil impulsado por energía eléctrica.
Para el ingeniero, el mercado «no está aún preparado» para dar un salto en masa al coche eléctrico, apuntando que la infraestructura de recarga es escasa en Alemania.
«Si de verdad quisiéramos tener un millón de puntos de carga en 2030, tendríamos que instalar 2.000 cada semana. En realidad hoy son 200 y eso que hablamos sólo de Alemania«, zanja el directivo.
Sus palabras ponen en evidencia la situación de la infraestructura, no sólo en Alemania (país relativamente avanzado respecto a otros de la Unión Europea), que necesita un impulso verdadero por parte de gobiernos e instituciones comunitarias para poder permitir una movilidad de masas 100% eléctrica.
Por mucho que las empresas privadas se empeñen existen, en la actualidad, excesivas trabas regionales, locales y nacionales, que frenan el desarrollo de un red capilar, potente, distribuida y fiable.
A pesar de las palabras de Fehrenbach, el mercado está cada vez esta más convencido del futuro eléctrico como ha demostrado la última encuesta realizada por Consumer Reports donde el 71% de los entrevistados confirmó que comprarían un coche eléctrico en algún momento.