El problema de las emisiones de las flotas de vehículos de viaje compartido y transporte público es bien conocido, puesto que la huella de carbono de estas compañías supera a los automóviles particulares. La gran acumulación de kilómetros diarios supone que se multipliquen las emisiones.
Según un estudio de la Universidad de California, reemplazar un vehículo de transporte de gasolina o diésel por un coche eléctrico podría multiplicar por tres la reducción de emisiones a la electrificación de un vehículo personal.
Para el Rocky Mountain Institute (RMI), los coches eléctricos pueden ser una solución eficaz para reemplazar a los ICE, tras analizar más de 101 millones de millas de recorridos en condiciones reales.
Electrificando a Uber, Lyft o Cabify
El informe del RMI, realizado en colaboración con General Motors, pone de manifiesto las ventajas y la necesidad de transformar las flotas de automóviles de compañías como Uber o Lyft, como paso esencial y crucial para acelerar la transición al coche eléctrico y alcanzar una notable reducción de emisiones en el transporte de personas.
El estudio pone de manifiesto tres barreras claves para la transformación del parque móvil a las cero emisiones (financiación, red de carga y tecnología), sugiriendo estrategias para superar los obstáculos que impiden una mayor velocidad en la transición.
Para EJ Klock-McCook, director de RMI, «la electrificación de las empresas de redes de transporte tiene beneficios ambientales significativos, directos y un beneficio para el mercado más grande, que proviene de la infraestructura de carga pública y la exposición de los consumidores a los vehículos eléctricos«.
El concepto de «exposición» indicado por Klock-McCook, hace referencia al gran escaparate que representaría una flota de Uber o Cabify 100% eléctrica, de cara al mercado, la clientela y la sociedad.
El mejor escaparate para el BEV
Millones de kilómetros a través de miles de coches eléctricos funcionando en las principales ciudades día y noche, ofrecen un marco incomparable para que la ciudadanía normalice la experiencia eléctrica y compruebe de primera mano sus bondades, mientras las urbes mitigan sus problemas de polución y emisiones.
Para Britta Gross, directora gerente de RMI, «se necesita una acción urgente y colaborativa de las principales partes interesadas para impulsar un objetivo alineado con el clima para desplegar más de 50 millones de vehículos eléctricos en los próximos 10 años«.
A través de los servicios de ride-hailing se puede conseguir crear un sector que impulse la conciencia y generalice la visión positiva sobre los coches eléctricos, moviendo el mercado hacia un punto de inflexión de electrificación que sea irreversible.
Fuente | Nature Energy, Rocky Mountain Institute