Cinco organismos estatales de China (la Administración Estatal de Regulación del Mercado, la Administración Central del Ciberespacio en China, el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información, el Ministerio de Transporte y la Oficina de Bomberos del Ministerio de Gestión de Emergencias) han expresado recientemente su preocupación acerca de varios fallos de seguridad detectados en algunos vehículos de la marca Tesla.
Las autoridades se han centrado en tres problemas concretos: la aceleración repentina e involuntaria experimentada por algunas unidades, una serie de incendios originados en las baterías… y las actualizaciones OTA. Aparentemente, se va a investigar si Tesla trató de atajar los incendios mediante la reducción de la capacidad de los packs de sus vehículos a través de una actualización inalámbrica.
La Administración Estatal de Regulación del Mercado ha pedido a la compañía que «cumpla estrictamente con las leyes y las regulaciones chinas, fortalezca la gestión interna, implemente la responsabilidad corporativa de calidad y seguridad, mantenga efectivamente la seguridad social y pública y proteja efectivamente los derechos e intereses de los consumidores».
Tesla ha respondido al gobierno chino que acatará de forma estricta la legalidad del país, afirmando que siempre ha respetado los derechos del consumidor. Además, se ha comprometido a investigar los problemas anteriormente descritos de forma más rápida.
Esta no es la primera vez que Tesla se enfrenta al gobierno chino por cuestiones de esta índole: sin ir más lejos, en su momento las autoridades obligaron a la compañía a reemplazar el hardware 2.5 del Autopilot por el hardware 3.0 que habían pagado sus clientes (esta situación se debió a la escasez de chips ocasionada por la pandemia de COVID-19, que obligó a Tesla a utilizar otros componentes para poder sacar adelante la producción).
Todo parece indicar que a partir de ahora los organismos de consumo de China vigilarán más de cerca a Tesla, que también se ha enfrentado en varias ocasiones a la NHTSA estadounidense debido a algunos potenciales fallos en la seguridad de sus automóviles.
Fuente | Reuters
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