¿Se equivocaron los chinos al apostar por una alternativa al coche eléctrico en Europa?

Los fabricantes chinos están apostando fuerte por el híbrido enchufable en Europa. Aunque las ventas crecen, su cuota sigue siendo limitada y el mercado no termina de abrazar esta solución que ya retrocede comercialmente en la propia China ante los eléctricos puros lo que pone en duda esta estrategia a medio plazo.

¿Se equivocaron los chinos al apostar por una alternativa al coche eléctrico en Europa?

Publicado: 26/12/2025 10:15

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a la vista de que las ventas de coches eléctricos no terminaban de despegar en el grueso de Europa, y empujados por las políticas de aranceles que castigaban a los eléctricos y no a los de combustión llegados del gigante asiático, los grupos chinos se lanzaron a la venta de coches híbridos e híbridos enchufables. Ahora la pregunta está sobre la mesa y no es menor: ¿se han equivocado los fabricantes chinos apostando en Europa por una alternativa al coche eléctrico puro?

Mientras el mercado europeo avanza a trompicones y las reglas del juego cambian casi cada trimestre, las marcas del gigante asiático han decidido diversificar su ofensiva con híbridos enchufables y eléctricos con extensor de autonomía. El problema es que este nicho sigue siendo pequeño, muy competido y con un dominador claro: Alemania.

La industria del automóvil en Europa vive uno de esos momentos complejos con la tecnología avanzando en una dirección, pero las políticas de la UE dando bandazos. El último informe de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, con datos de noviembre de 2025 y del acumulado de los once primeros meses del año, deja claro que el mercado aguanta, pero sin alegría. En el conjunto del año se registra un crecimiento del 1,4%, con cerca de 9,86 millones de unidades, mientras que noviembre mejora algo más, con un 2,1%. Eso sí, seguimos muy lejos de las cifras previas a la pandemia, algo que ya empieza a asumirse como la nueva normalidad.

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En este escenario tan volátil, las motorizaciones electrificadas siguen ganando peso, pero hay una que concentra casi todas las miradas: el híbrido enchufable. Un tipo de coche que vive una situación curiosa. Por un lado, crece con fuerza. Solo en noviembre, sus matriculaciones subieron un 38,4%, impulsadas sobre todo por la llegada masiva de modelos procedentes de China. Marcas como BYD, que ha disparado sus registros más de un 220% en ese mes, están colocando híbridos enchufables en prácticamente todos los segmentos, incluso en SUV pequeños como el BYD Atto 2.

Para los fabricantes chinos, este tipo de coche tiene mucho sentido. Les permite atraer a clientes que todavía no confían del todo en el coche eléctrico, esquivar parcialmente los aranceles europeos que se centran en los eléctricos puros y adaptarse mejor a un entorno fiscal cambiante. Sobre el papel, parece una jugada inteligente.

Sin embargo, cuando se baja al detalle, la realidad es bastante menos optimista. A pesar de la avalancha de lanzamientos y de una oferta cada vez más amplia, el híbrido enchufable sigue sin despegar del todo en Europa. En lo que va de 2025, su cuota de mercado se queda en el 9,3%, apenas por encima del diésel, que continúa su lenta agonía. A la hora de elegir un coche electrificado, muchos compradores europeos siguen optando por dos caminos claros: coche eléctrico cuando el precio y la infraestructura lo permiten, o híbrido convencional si buscan algo sencillo y sin complicaciones.

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El híbrido enchufable mantiene cierto tirón en flotas de empresa, donde los incentivos fiscales y el uso controlado juegan a su favor, pero fuera de ahí su avance es limitado. Mientras tanto, el coche eléctrico puro sigue consolidando su posición. Con casi un 17% de cuota, mantiene una ventaja clara frente al híbrido enchufable, incluso en un contexto de debate político intenso y con alguna concesión de Bruselas respecto a los plazos de 2035. Es un crecimiento real frente al año pasado, aunque todavía insuficiente para pensar en un mercado con más del 60% de eléctricos en 2030.

Pero en China, que va unos años por delante de Europa, los híbridos enchufables y eléctricos con extensor de autonomía han logrado en noviembre un 3,52% menos ventas que hace un año. Con este dato ya encadenan cinco meses consecutivos de caída interanual, señal de que la fiebre del enchufable podría estar perdiendo fuelle frente al eléctrico puro.

Y aquí es donde entra la gran duda estratégica. ¿Se están metiendo los fabricantes chinos en un callejón sin salida en Europa? Marcas como BYD, Chery, SAIC o la recién llegada Jaecoo se acumulan en un segmento que, de momento, no da para todos. Mientras la gasolina cae con fuerza, con un retroceso superior al 18% en el año, y el diésel baja ya de la barrera psicológica del 10%, el híbrido enchufable intenta encontrar su sitio entre dos mundos que avanzan en direcciones distintas.

Los chinos confían en su ventaja tecnológica y en unos costes de producción muy competitivos para convertir este tipo de coche en algo más que una solución de transición. Pero los datos no terminan de acompañar. Sobre el papel, el híbrido enchufable ofrece un compromiso interesante frente al coche eléctrico, pero en la práctica no acaba de convencer al gran público. ¿Demasiado caro? ¿Demasiado complejo? ¿O simplemente percibido como una solución forzada? Probablemente un poco de todo.

Lo cierto es que, a medida que los híbridos enchufables crecen, los coches eléctricos también lo hacen, y quizá ahí esté la clave. Europa parece avanzar, lenta pero firmemente, hacia el eléctrico puro, dejando poco espacio a soluciones intermedias. Y eso plantea una pregunta incómoda para los fabricantes chinos: si el futuro es eléctrico, ¿tiene sentido apostar tan fuerte por algo que puede quedarse en tierra de nadie?

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