Para el cliente que busca comprarse un coche eléctrico, y lo quiere también para completar largos recorridos, son tres los factores clave que determinarán su decisión. Autonomía, red de recarga y las ayudas a la conducción. Hasta ahora la competencia podríamos decir que en Europa no está siendo demasiado encarnizada. Pero en China la cosa es diferente y ya hay marcas vendiendo coches que estos tres factores, a los que añaden un precio de salida bastante competitivo.
Hablamos de Xpeng, que como recordamos el pasado año lanzaba la berlina eléctrica P7. Un modelo dotado de unas características técnicas competentes, un diseño muy atractivo, a lo que puede añadir el despliegue de una red de cargadores rápidos propia y también un sistema de conducción autopilotado que las últimas pruebas está demostrando un rendimiento más que destacable.
Hablamos del Navigation Guided Pilot. Una tecnología controlada por el potente ordenador DRIVE Xavier de NVIDIA. El primer procesador del mundo diseñado para la conducción autónoma, que permite que el P7 opere sus sistemas XPILOT3.0 y XPILOT2.0 simultáneamente para proporcionar la redundancia necesaria para que el coche tome el control sin necesidad de supervisión del conductor.
Este controla un sistema de múltiples cámaras frontales, laterales y traseras, que cubren un campo de visión de más de 180 °, y que con capaces de ofrecer autonomía en curvas cerradas y reconocimiento de los vehículos que se acercan desde múltiples ángulos. El P7 está equipado con los primeros sensores de radar de onda milimétrica de nueva generación, con una distancia de detección de más de 200 metros, y que son capaces de penetrar elementos como la lluvia, la niebla y la neblina para percibir el entorno en condiciones de visibilidad reducida. Cuenta además con otros cuatro radares de onda milimétrica colocados en cada esquina del vehículo.
Completa el sistema de conducción autónoma un sistema de mapas de alta precisión y alta definición de AutoNavi. El hardware de posicionamiento GPS / RTK / IMU permite una precisión de posicionamiento al nivel del centímetro, o menos del 0.3% gracias a la tecnología de construcción de mapas de posicionamiento en tiempo real (SLAM). Estas características complementarias mejoran efectivamente la estabilidad y la seguridad de la función de conducción autónoma del P7 en pasos elevados, túneles o en condiciones climáticas adversas.
Como podemos ver en el vídeo, el funcionamiento durante el tiempo que ha sido probado se ha mostrado casi perfecto, realizando no sólo las labores de mantener el coche dentro del carril, sino que incluso puede realizar operaciones de forma automática como adelantamientos y tomar las salidas de las autovías.
Una tecnología en pleno desarrollo que este mes de febrero recibirá una nueva actualización que permitirá continuar con su desarrollo, añadiendo elementos como un control del conductor por cámara, lo que permitirá seleccionar entre el control por presión en el volante, que da un aviso cada 40 o 45 segundos, o manteniendo la vista en la carretera.
El resultado es un coche dotado de un precio que después de las ayudas chinas arranca en los 29.300 euros al cambio, lo que sumado a su batería de 80.9 kWh formada por celdas CATL, que le permiten lograr una autonomía estimada bajo el ciclo WLTP de unos 600 km (706 NEDC) nos dibuja un resultado realmente llamativo para el segundo modelo de la marca china.
Un fabricante que como recordamos ya está en Europa, de momento de la mano del SUV G3, pero que ya trabaja en una nueva propuesta. Una berlina algo más compacta que tendrá como objetivo hacerse un hueco en nuestro mercado. Y como vemos, parece que al menos a primera vista, lo tiene prácticamente todo para lograr arañar unas cuantas ventas a las marcas establecidas.
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