Ha pasado casi un año desde que Nissan presentara en sociedad el Ariya, su primer SUV eléctrico. Este modelo será clave para la marca japonesa no solo por estrenar su nuevo logo corporativo y la plataforma modular CMF-EV de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, sino porque será su primer coche eléctrico global verdaderamente nuevo desde el LEAF.
Nissan fue toda una pionera en el ámbito de la movilidad eléctrica con el lanzamiento del LEAF en 2010; sin embargo, desde entonces la competencia ha ido enriqueciendo su oferta, y el otrora coche eléctrico más vendido de la historia se ha visto superado por rivales como el Tesla Model 3, algo propiciado entre otras cosas por el envejecimiento del propio LEAF.
A pesar de que la firma nipona renovó su compacto eléctrico en 2017 con el lanzamiento de su segunda generación, este modelo era en realidad un restyling profundo del LEAF original que mantenía la mayoría de sus debilidades, incluyendo la criticada ausencia de refrigeración para el pack de baterías que tantos problemas de degradación ocasionó durante los primeros compases de su vida comercial.
Aunque gracias a una nueva química aparentemente dichos problemas de degradación prematura han desaparecido, otros se mantienen. Sin ir más lejos, muchos usuarios se han quejado de que debido a la ausencia de refrigeración, a la hora de utilizar varias veces en un mismo día la carga rápida el pack se sobrecalienta y limita la potencia de carga, lo que a su vez incrementa el tiempo de repostaje. Este problema fue bautizado como Rapidgate, y fue parcialmente solucionado mediante una actualización que sin embargo no lo ha eliminado por completo.
La importancia del Ariya para Nissan es pues evidente (frente al LEAF añade mejoras como un sistema de refrigeración líquida); además, la empresa se encuentra sumida en una importante crisis económica y de ventas, lo que podría haberla motivado a presentar su nuevo eléctrico casi dos años antes de comenzar a venderlo (algunas fuentes indican que las primeras entregas en Europa tendrán lugar en 2022).
Estas prisas por presentarlo podrían terminar suponiendo un problema para la marca, pues cuando el Ariya llegue al mercado, su estética podría estar ya algo desgastada. Por otro lado, a pesar de que lleva presentado más de diez meses, por el momento «solo» acumula 34.000 reservas, cifra inferior a la lograda por el Volkswagen ID.3 en Europa y por los recién presentados Hyundai IONIQ 5 y KIA EV6 a nivel global.
Es posible sin embargo que las reservas se disparen cuando finalmente se revelen su fecha de lanzamiento oficial, sus precios y sus especificaciones técnicas definitivas (por el momento solo se conocen datos estimados como su autonomía, que será superior a los 500 km WLTP en su versión más capaz). Además, Nissan afirma que cuenta con 200.000 interesados (que no reservistas) en el coche. ¿Se convertirá el Nissan Ariya en un éxito o en un fracaso? ¿Qué opinan los lectores?
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