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Accesibilidad para PMR, la asignatura pendiente en los puntos de recarga

Uno de los grandes olvidados de la revolución de la electromovilidad son las personas con movilidad reducida (PMR), que más allá de optar a una mayor ayuda al acogerse al Plan MOVES, no gozan precisamente de mucho apoyo a nivel normativo o institucional. Los vehículos pueden estar adaptados incluso para que los conduzcan, pero otra cosa es recargar en una zona pública.

En el Reino Unido se puesto en marcha una campaña que pide acceso igual para todos a las infraestructuras de recarga, teniendo como cara visible al jugador de baloncesto paralímpico Ade Adepitan. La revista Auto Express ha comprobado que los 2,5 millones de británicos con distintivo de minusvalía lo tienen muy difícil para recargar coches eléctricos. La poca normativa al respecto es incompleta -y no se respeta- o es inexistente.

«¿La infraestructura es acaso perfecta? Está lejos de serlo. ¿Sirve para la comunidad con movilidad reducida? En absoluto»

Ade Adepitan

En nuestro país la situación no es mejor. Para que una persona en silla de ruedas pueda manipular un punto de recarga para activarlo, enchufar y moverse, a veces hay que usar algo más que la imaginación. En ocasiones, la operación resulta imposible sin ayuda, o muy tediosa, o directamente peligrosa. Aquí va un ejemplo:

Punto de Recarga Museo Los Llanos – Fotografía: Canarias te recarga

Este punto de recarga (*), en principio, está en orden. Desde una silla de ruedas no está la cosa tan clara. Para empezar, hay un escalón entre la calzada y el punto de recarga en sí, que queda a unos 40 centímetros del alcance de una persona con silla de ruedas que se arrima al bordillo todo lo posible y que ha tenido dificultades para salir del vehículo con su silla). Cualquiera de nosotros se colocaría de pie sobre el mismo bordillo para alcanzar la pantalla y botones.

Es posible dar un rodeo y aprovechar la plataforma que queda por delante del BMW i3 en la imagen (señalizada con un cono), lo que obliga a recorrer más de 5 metros por la calzada en silla de ruedas en un carril de circulación convencional para vehículos con tráfico de espaldas. La distancia de 40 centímetros se convierte en más de 15 metros. Una vez puesto en marcha el punto de recarga hay que desandar el camino para enchufar, si eso no se ha hecho antes.

Se puede rizar el rizo si en la plaza de delante está aparcado un vehículo voluminoso, o excede el sitio delimitado por la pintura. Es de todo, menos sencillo.

NOTA: El citado punto de recarga se encuentra en la Avenida Carlos Francisco Lorenzo Navarro en Los Llanos de Ariadne (La Palma, Santa Cruz de Tenerife). Actualmente esta población está en riesgo debido a la erupción del volcán de la isla de La Palma, aunque el punto de recarga de momento no está amenazado por la colada de lava. Se ha puesto este ejemplo únicamente a título demostrativo por los detalles existentes del mismo, ya que fue denunciado en 2017 por la Asociación de Discapacitados Físicos de La Palma (ADFILPA) en el diario local El Apurón.

Iberdrola Malaga red de recarga coches eléctricos
Punto de carga de Iberdrola y BeePlanet, con problemas de accesibilidad similares

Mientras no haya una regulación más completa para solventar este problema, conviene tener presente que aparcar de forma respetuosa con los demás puede ayudar a quien más lo necesita. Por ejemplo, si hay varios puntos de recarga en el mismo lugar, podemos optar por dejar disponible aquel que tenga una mayor facilidad para que se desplace una persona en silla de ruedas o el más cercano a la acera.

El mensaje de no ocupar las plazas PMR, o las reservadas para vehículos eléctricos con un vehículo convencional no debería tener que darse, por obvio, pero algunos necesitan que se lo recuerden

El día que sea obligatorio que al menos una plaza reservara para coches eléctricos tenga en cuenta las necesidades de movilidad de estos usuarios, habremos avanzado un poco en materia de igualdad y accesibilidad. Por pocos que puedan ser los beneficiarios de esta norma, la Administración no puede estar ciega ante la evidencia del problema. O eso, o para darse cuenta hay que verse con una discapacidad para entenderlo.

El Proyecto de Real Decreto por el que se regula la actividad de prestación de servicios de recarga energética de vehículos eléctricos (2021), disponible en fase de borrador, no tiene mención alguna a este colectivo, más allá de la generalidad de que cualquier punto de recarga «sea accesible por todos los usuarios de vehículos eléctricos». Tal vez haya añadido algo en la fase de participación pública y se tenga en consideración a la hora de convertir eso en una publicación en el BOE. O ninguna de las dos.

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