El despertar económico mundial que está sucediendo a lo más duro de la pandemia de COVID-19 está poniendo en jaque a la industria, tanto la del automóvil como otras tantas. Numerosos cuellos de botella afloran ante una demanda que no se puede satisfacer, lo que incluye las materias primas. El fabricante chino BYD va a incrementar los precios en noviembre, tal y como refleja un documento que ha sido filtrado.
Si bien BYD dispone de un control de toda la cadena, desde las materias primas hasta los productos finalizados, no puede abstraerse de los incrementos de precios y de energía. Haciendo la comparación con diciembre de 2020, el precio de materiales de cátodo (LiCoO2) aumentará en más del 200%, mientras que el precio del electrolito y de los materiales del ánodo aumentarán en más del 150%. En consecuencia, BYD subirá el precio de sus celdas por lo menos un 20% el vatio hora (Wh), ya incluyendo los impuestos.
Teniendo en cuenta cómo van a resolverlo, parece claro que cortan por lo sano en lo relativo a amortiguar las subidas de precios contra sus márgenes. A partir del lunes 1 de noviembre todos los pedidos formalizarán un contrato de suministro reflejando el incremento de precios, mientras que todos los que aún no se han completado con fechas anteriores serán cancelados del sistema. La pelota pasa al tejado de los fabricantes automovilísticos que dependen de BYD.
En el caso de China, esto salpica a Ford, que acaba de iniciar la producción del Mustang Mach-E para el mercado doméstico. Tesla está negociando con BYD el suministro de baterías litio-ferrofosfato (LFP) para los Model 3/Y de menor autonomía y a futuro para su modelo compacto, entre otros fabricantes. Aquellos que recurran a BYD tendrán que trasladar a sus precios el incremento de las baterías, que son los componentes más caros de un coche eléctrico.
Seguramente la competencia de BYD acabará haciendo lo mismo. Por delante tiene en China a CATL, que produce más celdas. Poco a poco surgen iniciativas tanto en Norteamérica como en Europa para intentar reducir la dependencia de proveedores asiáticos -especialmente de China-, pero las cosas de palacio van despacio, y a corto plazo puede que veamos incrementos de precio en general para coches eléctricos, entre la crisis de los microchips, mayor coste de la energía y escasez de materias primas.