Aunque en la actualidad España ya cuenta con algunas instalaciones de producción de baterías, estas suelen ser simples talleres de montaje de celdas que llegan desde Asia. Pero nuestro país cuenta con un enorme potencial de futuro gracias a la abundante energía renovable, pero también a los yacimientos de litio que hay en nuestro suelo. Algo que hasta ahora no se había explotado, y que en apenas un año supondrá el inicio de la producción local de litio y baterías.
En los últimos años hemos visto un pequeño número de iniciativas que proponen explotar las reservas de litio que hay en nuestros suelos. Por ejemplo tenemos el proyecto de San José de Valdeflórez, en Cáceres, donde la empresa Lithium Iberia realizó una serie de investigaciones para conocer el potencial de la mina extremeña para ser una fuente de litio. Los resultados han sido satisfactorios y desde hace unos meses se ha comenzado el proceso burocrático para lograr la concesión. Una empresa que incluso ya contaba con su primer cliente por parte de la surcoreana LG Chem.
Lithium Iberia espera tener disponible esa concesión de explotación a lo largo del próximo año 2022 y que, de este modo, desde 2023 se puedan empezar las operaciones en España. Esto significaría que en menos de dos años España ya esté explotando una mina de litio que servirá para suministrar su propia fábrica de baterías para coches eléctricos.
Otra iniciativa encabezada por la compañía Phi4Tech, proyecta en la plataforma logística de Badajoz una fábrica de celdas de batería de litio para la que espera recibir la correspondiente licencia en torno al primer trimestre del año 2022. Si el proyecto avanza como esperan, a partir de junio de 2022 empezarían las obras para que desde el año 2023 empiecen a salir de allí las primeras celdas.
Con estos dos proyectos, España al fin dispondría de un centro de extracción de litio, y una planta de producción de celdas de batería de litio. En las diferentes plantas de producción de automóviles, que mencionábamos anteriormente y que están repartidas por toda la geografía española, las marcas de coches ya han instalado centros de ensamblaje de baterías para coches eléctricos. Así que este es el eslabón que falta para hacer más fuerte la industria del automóvil en España en el plano europeo.
Reciclaje, poniendo la solución antes que el problema
Pero tan importante o más que producir baterías, es asegurarse de que una vez estas terminen su vida útil puedan recibir el tratamiento necesario para ser recicladas y de esa forma recuperar la totalidad o la mayor parte de sus componentes.
Un apartado donde España también puede aprovechar para crear industria de futuro y donde hace unas semanas se confirmaba que la primera instalación de estas características se situaría en la provincia de León.
La primera planta de reciclaje de baterías de coches eléctricos de España que se situará en la localidad de Cubillos del Sil (León). Esta entrará en operación a finales de 2023 y será una iniciativa que llevarán adelante las empresas Endesa y Urbaser, que invertirán unos 13 millones de euros para una instalación que contará con capacidad para tratar 8.000 toneladas al año.
Una puesta en marcha que además tendrá la curiosidad de que supondrá amortiguar en una actividad de futuro y sostenible, la pérdida de puestos de trabajo por el cierre de la planta de carbón de Endesa en la propia Cubillos del Sil.
Dos ejemplos del enorme potencial que el coche eléctrico tiene para España si sabe aprovechar un ecosistema que va mucho más allá de la simple producción de coches. Y es que como vemos, las posibilidades son enormes con la extracción del litio, la fabricación y reciclado de baterías, además de otros elementos intrínsecamente unidos a la movilidad eléctrica como la instalación de puntos de recarga y la expansión de las energías renovables, que permitirá que la producción de coches, de baterías, su reciclado y la operación de puntos de recarga sea más sostenible y económica.