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ICE-T, un Tesla Model S que recibió un transplante en forma de motor 6.2 V8 y consume gasolina

Esto es un sacrilegio a la inversa, dirán algunos. Pasar un clásico de combustión a eléctrico a veces levanta controversia, pero también lo hace convertir un Tesla Model S en un coche térmico, y para más inri, convertirlo en un gas guzzler (devorador de gasolina). Es lo que ha pasado con este Model S, presentado en el SEMA como ICE-T. Es un juego de palabras, ICE significa «internal combustion engine», y además Ice-T es el nombre de un rapero de la vieja escuela.

Primero de todo, antes de querer crucificar a los perpetradores del swap, decir que el coche donante -Model S 75- quedó siniestro total en unas inundaciones en Texas, todo su sistema de propulsión y baterías quedó inservible. Hicieron falta otros dos Model S siniestrados para conseguir piezas. Y resulta que es muy fácil conseguir componentes de los fabricantes tradicionales (de Tesla ciertamente no), así que eligieron un propulsor americano y muy americano.

Se trata del 6.2 LS3 V8 que monta el Chevrolet Camaro SS de quinta generación, 426 CV de músculo de Detroit. El motor va asociado a su caja de cambios Tremec de seis velocidades de accionamiento secuencial. No es un swap fácil, porque el Model S nunca se diseñó con la posibilidad de meterle un motor térmico, ni su caja de cambios, ni un árbol de transmisión para las ruedas traseras -hacerlo de tracción delantera tampoco habría sido precisamente sencillo-, ni depósito de gasolina, ni escape, etc.

Han tardado prácticamente un año en completarlo, desde la adquisición de los donantes hasta la consecución del proyecto y exposición en el SEMA. El primer arranque del coche se hizo allá por mayo. Por fuera parece un Model S algo makeado, hasta que se le ve el tubo de escape o echando galones en una gasolinera. La intención de sus creadores era hacerlo discreto, de hecho, no cuenta con refrigeración extra para el motor V8, pero lleva suspensión neumática para bajarlo hasta el suelo.

ICE-T ya cuenta con matrícula y permiso de circulación, y de hecho, ya ha acudido a su primer cambio de aceite a un concesionario Chevrolet al haber hecho sus primeros 5.000 kilómetros. En el capítulo de cosas pendientes está eliminar todos los errores que salen en la instrumentación por todo lo que la electrónica echa de menos. El resultado podéis verlo en el canal de Youtube de Rich Rebuilds.

Recientemente, Rich bromeó en Twitter sobre la posibilidad de hacer un proyecto al revés: «Así que me levanté una mañana y decidí electrificar un [Chevrolet] C4 Corvette. No estoy seguro de por qué». Es más, no es una broma, ya está en ello.

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