Los sistemas de cambio de baterías en los vehículos eléctricos permiten solucionar de golpe dos de los principales retos de la tecnología. Los tiempos de carga, y la disponibilidad de una red pública. En es caso de las motos, este sistema tiene un enorme potencial y cuenta con la taiwanesa Gogoro como una de las más punteras, y que ahora ha dado un golpe sobre la mesa con la presentación de una batería extraíble con electrolito sólido.
Este desarrollo se ha realizado en colaboración con la empresa ProLogium y permitirá desarrollar una batería con una serie de beneficios respecto a las actuales tecnologías, entre las que destacan su mayor estabilidad térmica. Algo extremadamente importante, pero más todavía en sistemas como los cambios de batería, donde los packs están moviéndose entre el vehículo y la estación.
La otra parte beneficiosa de un electrolito sólido es que su seguridad se extiende a la mayor tolerancia con las recargas rápidas. El prescindir de un electrolito líquido hace que el riesgo de cortocircuito y de incendio sean mucho menores. Algo que hace que aplicar elevadas potencias de carga sea seguro, y además sin apenas dañar su vida útil y que en el caso de la batería de Gogoro se estima necesitará apenas 12 minutos para una carga completa.
Pero sin duda en este caso la parte más positiva es que la densidad energética de las celdas ha permitido aumentar la capacidad de la batería un 47%. En el caso de la batería de Gogoro, cada uno de los pequeños packs que forman la batería ha pasado de 1.7 a 2.5 kWh. Un paso que puede parecer pequeño, pero es enorme.
Esto supondrá que los vehículos que usen esta tecnología podrán tanto acceder al sistema de quioscos en la calle donde los usuarios pueden cambiar cada pack por uno cargado en segundos, y hacerlo con unas baterías de mayor capacidad, y por lo tanto capaces de ofrecer mayor autonomía.
Además, los clientes que prefieran subir la batería a su vivienda, podrán hacerlo y disfrutar de unas celdas de mayor capacidad con el mismo o incluso menor peso. Algo que ayudará a democratizar vehículos eléctricos como los scooters o pequeñas motos urbanas, y que se conviertan en una alternativa a los modelos con motor gasolina.
Queda ahora por saber el cuándo. Y es que aunque muy importante, estamos ante un producto todavía experimental que sin duda ha encontrado en las motos eléctricas un nicho de mercado perfecto para su desarrollo tecnológico, y ahora afrontar la siguiente etapa en lo comercial.
Fuente | Gogoro