Un empresario húngaro es el artífice de Bak Motors, un fabricande nuevo cuño que se estrenará en el mercado con un ultraexclusivo deportivo pensado para los tiempos modernos. Su nombre será Kincsem, en homenaje a un célebre caballo de carreras del Siglo XIX, el cual ganó 54 carreras habiendo participado en el mismo número, 54. También será la misma cifra la de unidades fabricadas del Kincsem Hyper-GT.
Lo que en otra época habría sido un hiperdeportivo con un motor central de 12 cilindros a gasolina, esta vez apunta a un híbrido en serie con un motor multicilíndrico alimentado a base de hidrógeno. La transmisión de fuerza al asfalto se llevará a cabo con cuatro motores eléctricos, uno en cada rueda, y un revolucionario sistema de almacenamiento de hidrógeno que había estado protegido durante años por razones de seguridad nacional de EEUU e ideado por Plasma Kinetics.
Tibor Bak, el rostro visible detrás de Bak Motors, cuenta como socios tecnológicos con la empresa de ingeniería Ricardo y McLaren Applied, entre otros cuyo nombre no puede todavía revelar. Ricardo será el elegido para adaptar el sistema de almacenamiento, un 20% más económico que los tanques de alta presión de hidrógeno y un 30% más ligero que baterías electroquímicas -como las que tendrá el 2024 Tesla Roadster-. McLaren Applied se ocupará de la cadena cinemática eléctrica.
Este sistema de almacenamiento se basa en un almacenamiento sin presión adicional. El gas de hidrógeno se acumula en una especie de película enrollada, hasta que se libera mediante la aplicación de luz. Una vez que la patente se puede utilizar por parte de empresas privadas se abre un margen de mejora en la tecnología de almacenamiento de hidrógeno.
Y su enfoque es especialmente interesante en un tipo de coche donde cada gramo que se ahorra es un avance. Además, un chasis tubular de fibra de carbono mantendrá el peso a raya. El motor térmico moverá un generador para producir electricidad para los motores eléctricos. No puede faltar una batería de relativamente poca capacidad para la frenada regenerativa y maximizar la eficiencia del sistema. No será enchufable.
La potencia combinada de los motores superará los 500 kW/680 CV. Si bien los motores integrados en ruedas suponen un problema, al aumentar las masas no suspendidas, también tiene interesantes aplicaciones como la vectorización del par -puede volver al coche más agil al acelerar el giro con las ruedas interiores- o contar con tracción total perfectamente distribuible. Por otra parte, no se prescinde del sonido y parte del tacto de un motor térmico -dado el segmento del que estamos hablando-.
El precio del Kincsem Hyper GT será sustancial, puede que 3 millones de libras para cuando salga al mercado, en 2025. Si las 54 unidades se facturan a ese precio, Bak Motos habrá recaudado 162 millones de libras. Ese dinero se va a utilizar para financiar la construcción de un SUV con la misma tecnología, pero con especificaciones menos ambiciosas para ofrecerlo a un precio más ajustado.
Es la misma lógica empresarial de Tesla en su momento, se empieza con un exclusivo coche de baja producción que facture mucho dinero (Roadster), eso se utiliza para fabricar un vehículo en serie de precio más asequible -para unos pocos- (Model S), y ya si eso se pasa a producir un modelo en masa con un precio habitual (Model 3). Todavía se desconoce dónde se emplazará la fábrica.
El Kincsem Hyper GT aspira, según sus creadores, a ser el ultradeportivo más sofisticado, más completo y más bonito del mundo, con el añadido de ser de «cero emisiones», descontando un mínimo por la inevitable combustión del aceite que todo motor térmico sufre. Eso, y vapor de agua, obviamente…
Vía | Autocar
