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Alpine A110 E-ternité, un anticipo eléctrico de la marca francesa

El futuro de Alpine pasa por la electrificación, será una marca sin motores de combustión, pero mientras ese momento no llega, Renault nos presenta un prototipo que adelanta las intenciones de cómo serán los nuevos Alpine. Siguiendo un encargo de Luca de Meo, el responsable de Renault desde 2021, los ingenieros trataron de hacer un A110 lo más parecido posible al modelo de gasolina.

El pliego de condiciones implicaba mantener en la medida de lo posible peso y prestaciones parecidos al A110, además de meterle soluciones tecnológicas, un buen sistema de audio, e incluso un techo parcialmente abierto para disfrutar de una conducción deportiva, pero silenciosa. Para ahorrar costes, Renault tiró en la medida que pudo de componentes existentes.

Así, el Alpine A110 E-ternité emplea 12 módulos de las baterías del Mégane E-Tech eléctrico, 62 kWh en total, dispuestos en dos paquetes (delantero y trasero) dadas las limitaciones de la plataforma para poner baterías. El espacio para llevar equipaje en la berlinetta se limita a lo que quepa detrás de los asientos. Mantiene la propulsión trasera, como el Alpine A110 normal, y un reparto de pesos prácticamente igual: 42/58.

Las baterías pesan 392 kg, aunque se compensa la retirada de elementos propios del motor térmico, así que el incremento de peso neto se queda en 258 kg. Ninguna caja de cambios servía, así que tuvieron que adaptar una caja de doble embrague robotizado de dos velocidades, convenientemente reforzada para aguantar el extra de par. El motor entrega 242 CV/178 kW y un par máximo de 300 Nm desde bajas revoluciones.

De acuerdo a los datos que nos pasa Renault, las prestaciones solo son ligeramente peores al A110 de gasolina, más ligero y con más potencia. Mientras los térmicos alcanzan 260 a 280 km/h, el eléctrico alcanza los 250 km/h, y en cuanto a aceleración no hay una diferencia sideral entre 4,2-4,4 y 4,5 segundos. Se nota más la diferencia acelerando hasta el primer kilómetro, de 22,8-22,4 a 23,7 segundos.

En cuanto a la autonomía, en el ciclo WLTP el Alpine A110 E-ternité podría recorrer 420 kilómetros, 130 km menos que un A110 de gasolina. Estos datos nos recuerdan la dificultad de electrificar un coche pequeño, con poco espacio para colocar órganos mecánicos y baterías, y a la vez mantener objetivos de ligereza y agilidad.

Aparte de lo evidente, el E-ternité tiene un sistema de sonido de ocho altavoces con cajón de graves, que genera un sonido envolvente, así como un sistema multimedia con una tableta integrada. Y si el conductor quiere disfrutar del silencio de marcha y solo oír el roce con el aire, dos secciones del techo fabricadas en fibra de carbono se pueden retirar, un término medio entre un targa y el típico techo solar practicable.

De momento solo es un prototipo y no tienen intención de comercializarlo, pero sirve para que podamos ver lo que es posible con la técnica actual en una plataforma que nunca se diseñó para albergar componentes eléctricos, sin disparar los costes del proyecto.

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